Capítulo 8.

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- Gracias, Makis.- Susurró apenas salimos del lugar.- Me sirvió mucho despejarme contigo.-

- No es nada.- Quise observarla, pero descubrí que ella lo estaba haciendo primero.- Gracias por hacer que no me sienta tan sola aquí.-

Por mi mente comenzaron a pasar millones de ideas para terminar esta noche de una forma más divertida, pero ninguna podía cumplirse.

Quería que tome mi cintura una vez más, me pegue a una de las paredes y me bese.

Quería que en ascensor sea yo la que apoye mi mano en su pecho, la pegue a una de las paredes y nos besemos.

Quería que me acompañe hasta mi cuarto y sin ser invitada, entre y descubra que mi ropa interior fue elegida para que ella la quite.

Llegamos al hotel para sentir una incomodidad en mi entrepierna, logrando ver a través del espejo que observó mi trasero antes de morder su labio inferior.

Marcó el piso al que íbamos, quedándonos las dos en el pasillo apenas llegamos.

- Que descanses.- Mi suspiro fue demasiado obvio cuando dejó un beso en mi mejilla, caminando hacia mi cuarto para no poder soportarlo.

Ahora es cuando ella golpea la puerta, se disculpa por lo que va a hacer y me hace suya.

Dejé mi vestido a un costado, recostandome en mi cama para comenzar a bajar mi mano por mi cuerpo, hasta que mi celular sonó.

No podía estar pensando en ella, no de esa forma.

No cuando en mi mano sigo teniendo un anillo de compromiso, no cuando amo a Federico.

No cuando ella es simplemente mi jefa y yo tenia curiosidad por ella.

No cuando esto se trataba de una fantasía.

- Hola.- Susurró Federico, sintiéndome la peor persona del mundo.

- Hola.- Mi cuerpo comenzó a temblar.- Cómo estás?-

- Te extraño.- Su voz sonaba apagada.- No es lo mismo sin ti aquí.-

- Apenas llevo unos días aquí, amor.-

- Crees que podamos soportarlo?-

- Supongo que es una prueba. Si la superamos y seguimos eligiendonos podemos confirmar que lo nuestro sí es verdadero.-

- Parece un cuento de princesas.- Fue inevitable sonreír.- Por qué crees que no seguiríamos juntos?-

- Siento que vas a conocer a alguien mejor.- Siempre lo sentí.

- Yo?- Contuve mi ataque de pánico.- Tú convives con una mujer que tiene todo para hacerte feliz, te puede dar el mundo entero.-

- De verdad crees que me interesa?-

- Ella es bonita y pasas más tiempo con ella que conmigo ahora.- Sus palabras me estaban doliendo.- Esto también es una prueba para ver si puedo soportar saber que estás con ella cerca, que se llevan bien y que en un simple descuido, tú podrías irte con ella.-

Y simplemente me cortó la llamada, sin poder soportarlo, abrazando una almohada como si eso iba a lograr calmarme, sin saber en qué momento pasó, simplemente me quedé dormida luego del cansancio que traía por mi día y lo mucho que lloré por sus palabras.

Me desperté cuando la puerta sonó, buscando mi pijama para vestirme rápidamente, volviendo a sentir mi dolor de cabeza, como si nuevamente tendría resaca.

Natalia estaba ahí, con un blazer que le quedaba fantástico.

- Anoche quise venir a traerte esto y te escuché algo mal.- Me tendió un chocolate nuevo.- Perdón por escuchar, si necesitas algo puedes contar conmigo.-

- Solo discutí con mi novio.- Formó una mueca.- Las cosas están siendo difíciles lejos.- No me dejó decir más, simplemente me abrazó, siendo lo que más necesitaba.- Gracias.- Me aferré a ella, escuchando perfectamente cuando cerró la puerta luego de entrar.

- Haremos una cosa.- Me sentó en la cama.- Vas a darte una ducha mientras pido el desayuno, voy a buscar ropa para ti y vamos a irnos a otro lugar.-

- A dónde?-

- Confía, Makis.- Secó mis lágrimas.- No todo debe ser trabajo aquí.- Apretó mis manos.- Y si quieres llorar, vas a llorar. Pero en un lugar bonito.-

Algo estaba cambiando y me sentía extraña, pero me estaba gustando.

A World Where You Could Leave- (Ventino)[Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora