Capítulo 7

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Llegué a mi casa inquieta, intentando pensar en todo lo que había ocurrido hace un par de horas. Intentando recapacitar e ideando un plan para remendar las cosas, pero me sentía perdida.

Mi cuerpo en lugar de reaccionar con preocupación o angustia, reaccionaba excitado, de solo recordar a Chaeyoung sobre mis piernas, sentía una punzada en mi centro. Y eso estaba mal.
Tú te buscaste esto Mina, estúpida.

Me decidí a tomar una ducha, con agua helada debería hacerlo para bajarme la calentura, pero la sensación del agua hirviendo en mi cuerpo me es mucho más placentero. Así que me metí a la ducha, intentando pensar en otra cosa que no fuera Chaeyoung.
Estúpida Chaeyoung.

Ugh, no tienen idea cuanto la odio.
También odio Dahyun porque por qué mierda no me dijo que la otra era una maldita depravada. En lugar de dárselas de misteriosa, esa Kim debió haberme dicho de inmediato que Son era una... No lo sé, por qué no me dijo que no cayera en su juego. Esto ya no es divertido dije estirando la trompa.

Salí de la ducha y la verdad es que odio secarme con la toalla, por lo general me acuesto sobre la cama y espero que mi cuerpo se seque solo, porque no me avergüenza estar desnuda en mi propio hogar, por eso tardo como 2 horas en estar lista. Pero me vale.

Comencé a revisar mi celular, viendo un par de videos en YouTube, riéndome de unos cuantos memes, revisando mi Instagram y cosas tontas como esa.
Pero el recuerdo de Chaeyoung no me dejaba sola ni un momento, suspiré con fuerzas, intentando expulsarla de mi sistema pero nada.

¿Por qué tenía que ser tan jodidamente sexy?

Cerré mis ojos y de inmediato recordé el peso de su cuerpo sobre el mío. Mis manos en su cadera, tocándola con timidez, sus labios atacando los míos, sus manos tocando mi cuello.
Aún no puedo quitarme esa sensación de mi cuerpo.

Con mis manos recorrí lo que las suyas habías recorrido horas atrás. Toqué mis labios, como si estos tuvieran memoria de los de Chaeyoung, los relamí, deseando encontrar algo del sabor de Son en mi boca, recordando como su lengua intruseaba sin permiso la mía. Sus manos en mi cuello, su piernas aprisionando mis caderas, su vientre chocando contra el mío. Dios, ¿de verdad esperaré hasta el viernes?

Ya no engaño a nadie, de verdad deseo
a Chaeyoung.

Y como si la hubiera invocado con el pensamiento, mi celular vibró. Asustada lo tomé, para sonreír al ver un mensaje de esta chica.
"Chaeyoung te ha enviado una foto"

Me quedé perpleja. ¿Por qué me enviaría una foto? Torpemente desbloqueé mi celular, para revisar el mensaje.
Mierda.

Solté el celular nerviosa al ver la foto que esta chica me había enviado. Nunca pensé que un maldito trabajo de profesora me llevaría a esto.

La foto de Chaeyoung con unos cortos shorts acostada sobre su cama, me hizo babear de nerviosismo y excitación. La forma de su cadera, sus curvas pronunciadas, como sus muslos se encontraban cerrados con fuerza, hasta los abdominales marcados, el tímido esbozo de su trasero, todo en ella es perfecto.
Chaeyoung: No me dejará plantada el viernes ¿o si?

Eso decía el pie de la foto.
Pero no quise responderle nada, no debía darle más pruebas para jugar conmigo, esto seria solo para quitarme las ganas de ella y luego volvería a ser una simple y tonta profesora. No miraría a las alumnas, viviria de fantasías solo en mi cabeza, pero nunca más caería en los juegos de las adolescentes hormonales, me buscaría una novia de mi edad y listo, terminaría con esta tortura que ha sido conocer a Son Chaeyoung.

La semana pasó menos rápido de lo que esperaba. No sé si habrá sido esta dicotomía estúpida de querer y no querer que el día viernes llegara. Ignoré a Chaeyoung durante toda la semana, pero jamás dejé de sentir su mirada incesante sobre mí, recorriéndome como una serpiente, esperando el momento preciso para estrangularme y volverme loca.
La campana sonó, y me despedí como todos los días de mis alumnas, esta vez mirando de reojo a Chaeyoung , que aún no se levantaba de su asiento.

QUIET | MICHAENG [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora