𝓓𝓮𝓪𝓻 𝓖𝓸𝓭; Hércules x Jack el destripador - SNV

☕️ 𝑼𝒏𝒂 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒂 𝒍𝒍𝒖𝒗𝒊𝒂.

Con el paso de los segundos la lluvia se había vuelto más fuerte desde antes que llegara la camioneta del Semi Dios, algo que siempre pensó Jack fue: "Una buena lluvia siempre sabrá cuando caer", el clima en Londres era variado, pero no se ignoraba que en cualquier momento podría llover de esa forma, quizás como dijo el peliblanco alguna vez, "quizás siempre ocurren buenos momentos".

Jack había dado pasos cortos hacia las escaleras en donde las gotas de lluvia se rompían para incorporarse al suelo, como se pudo esperar el bajo esos escalones donde en pocos segundos todo de él a simple vista se encontraba mojado por el clima, anteriormente se había retirado el sombrero para evitar algún daño hacia aquella pieza que siempre portaba por el valor sentimental que le tenía y la unión al pasado que le llevaba tenerlo.

Ambos se encontraban en una distancia menos corta pero de igual forma considerable, solo era caminar del final de las escaleras hasta las rejas de la puerta de la entrada, donde el Dios esperaba al otro lado, parado y cada vez más mojado por las gotas de la lluvia que recorrían todo a su paso, el también se acercó más a las rejas negras que no eran altas, fácilmente podría saltarlas con la estatura que tenía y con la fuerza que poseía, trepar esos barrotes seria muy facil, pero para que mentir, el Dios ya no quería usar la fuerza bruta para conseguir algo, deseaba solo verse lo más delicado y cuidadoso posible para evitar asustar a su acompañante en esa escena.

—Sir, ¿Qué sucede?, con esta lluvia y sin paraguas es posible que se enferme.

Jack rompió el hielo, no podía negarlo tenía muchos nervios y eso que no se había acercado aún a la reja ya que daba pasos cortos poco a poco para evitar algún ataque sorpresa o alguna humillación por resbalar en pleno momento importante.

Hércules solo sintió la caricia de su voz tan suave con ese acento Británico que lo representaba mucho, la suavidad de sus palabras le dieron una caricia a su alma que de forma inmediata pudo sentirlo como una señal de que hasta ahora iba todo bien, ya que pregunto por su bienestar haciendo que deje de tener la idea de que el peliblanco lo odiara cuando no era así, de igual forma necesitaba sacarse las dudas, por eso y por sus obstinadas decisiones estaba ahí.

—Estoy bien, pero tú...—antes de hablar el nerviosismo de que Jack este cada vez más cerca de la reja que los separaba le formaba un nudo en la garganta.

—Yo estoy bien...—dijo completando la oración que se interrumpió por el debate interno que estaba teniendo el Dios.—¿Sucedió algo Joven Dios?

—Vine para hablar.—tanta determinación en sus palabras hizo sentir la melancolía de su combate, ¿Acaso el color del hombre que tenía en frente era el mismo que el de aquella vez? No deseaba descubrirlo, no quería violentar esa confianza y se prometió no volver a sacar a la luz aquel ojo que le permitía saber como se sentían los demás, era muy pocas las ocasiones que le daba uso pero hacerlo en ese instante le haría sentir culpable por más que quien tenía en frente sabía lo que hacía al dejar al descubierto ambos de sus ojos.

—Podría suponer que viene a hablar por la pelea...—suponer en voz alta no era lo suyo, pero en esos momentos fue lo único que vino a su cabeza y quitarse la idea que venía para tomar venganza por lo que paso.

—Sí, justo eso y también lo que paso después de ella.

—Lamento no haberme presentado al momento que volvieron a sus formas físicas nuevamente, creo que no fue muy educado de mi parte no asistir.—el nerviosismo se notaba en sus palabras, cuando tomaba una pausa por cada separación entre ellas para saber que estaba haciendo una pronunciación adecuada a cada una de sus palabras.

—No es precisamente por eso, sabría que desearías tu espacio y eso lo entiendo perfectamente, a lo que voy es por lo que dije antes de irme y tu también dijiste algo cuando lo hice.—la voz de Hércules era firme, porque negarlo, el Dios había pensado desde hace tiempo que haría o diría por más que los nervios lo estuvieran carcomiendo el tenia que decir lo que ya tenía pensado.