🌸⁷mo día🌸

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Lugar público

Changbin

- Hola mi ardilla. -saludé al peli castaño quien mantenía sus piernas en frente de un charco de su líquido blanquecino.

- Hola conejo.

- ¿Pero que pasó aquí? - miré al rededor angustiado

- Me corrí.

- Tendremos que limpiar el desastre que ocasionaste, lindo. - besé su cachete dándole a entender que no estoy enojado. Salí de la habitación lo más rápido que pude hasta con un trapeador.

Mientras tanto, escuché otro gemido. ¿Será que todavía tiene ese aparato en su interior? Desde que volví del trabajo, Han está aun demasiado tranquilo.

Cuando terminé de encontrar lo necesario, dirigí mis pies hasta la habitación donde Han estaba sufriendo de diferentes espasmos.

- Bebé, ¿puedes sentarte en la ama por unos minutos hasta que limpie aquí? - el pálido me miró y asintió. - Sabes que ya puedes quitarte eso, en algún momento te daré tu recompensa.

El peli castaño se quitó el aparato de encima para después hacer un gemido gutural.

- ¿Mejor?

El menor asintió.

Sonreí.

- Acércate, ala. Quiero sentir tu calor bebé. - hice lo que me pidió. - Que delicioso perfume, ¿ de qué es?

- Es una marca demasiado costosa, mi amor. - cerré mis ojos ante eso.

- ¿Me darás el placer que necesita mi cuerpo?

- Sí, pero primero quiero ir al supermercado. Necesito unas cosas que son de mi utilidad y para el trabajo. - sonreí al finalizar.

- ¡Ok! - dijo entusiasmado.

- Oh, no terminé de limpiar aquí. Me esperas unos segundos más. - dije al darme cuenta de que mis manos todavía sostenían el palo del trapeador.

Al terminar, me devolví hacia la posición de Han cuyas piernas estaban abiertas. Me acabo de acordar que su celo termina hoy, es hora de aprovecharlo.

- Uhmm, deberías bañarte y cambiarte de ropa. Estás sudado.

El británico se levantó de su lugar en busca de nueva ropa. Cuando terminó de buscar lo que quería, se fue hasta el baño.

- Pequeño, tu toalla. - dije mientras la señalaba.

- Oh. - la agarró y ahora sí se fue directo al baño. Por mientras estaba ahí, me recosté en la cama a ver mi celular que estaba en el bolsillo de mi pantalón. 
En eso, vi que eran las dieciocho con cuarenta y seis minutos de la tarde. ¿Acaso me había demorado en esa reunión?

Al sentir que la ducha se detuvo, me levanté de ahí como un resorte. Vi que Jisung estaba envuelto con su toalla; de torso hasta la parte de abajo.

- ¿Puedes vestirme?

Abrí mis ojos y levanté una ceja. - Claro, ¿por qué diría que no?

Él se acercó a mí, le quité la toalla, le empecé a secar por todas partes hasta que las pequeñas gotas de agua desaparecieran. Nos miramos un par de segundos y me devolví al trabajo.

Al terminar, agarré la ropa que se encontraba en una esquina de mi cuerpo. Me tuve que levantar porque sentado no creo que lo haga de esa forma.
Empecé por su camiseta; hice que la cabeza entrase en el agujero que tenía y luego sus brazos pasaran en los otros dos.
Después recogí un pantalón blanco.

Un mes en celo      (binsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora