💮²do día💮

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Mimos Desnudos

A la mañana siguiente, Jisung se había levantado con ganas de algunos mimos mientras estábamos en cama.

- Pequeño, déjame primero lavarme los dientes y lo hago, ¿ok?

- No, quédate conmigo.

Mis  piernas se encontraron enredadas con las de Han. ¿En qué momento me las encarceló?

- Quiero sentir tus dedos largos acariciando mi piel, conejo.

¡Oh, mierda! Sus manos estás tocando mi torso.

- Vamos, Binnie, no seas malo conmigo. - el pequeño me hizo ojitos de cachorro y nomás tuve que acudirlo.
Lamí suavemente el cachete izquierdo para luego bajar hasta el pulcro cuello de Sungie, chupé tan dulce esa parte que sentí las manos contrarias tocar mi nuca. Hice lo mismos con el otro costado.

- Alfa~

A continuación abandoné la cama cuando los ojos de Han se cerraron.
Fui hasta el baño a hacer mis necesidades y lavarme la cara.
Volví en menos de cinco minutos.

- ¡Changbin! ¿Por qué te fuiste? - gritó el peli castaño.

- Ya te dije, tenía que lavarme la cara y eso...

- Ven con tu omega.

Hice caso; me acerqué a su rostro para luego juntar nuestras narices en un saludo mariposa. Después, besé los labios, eran tan pomposos que se sentía un aroma bastante extravagante.

- Han, levántate querido. - Mis manos se dirigieron, lo agarré para así levantarlo. Oh Dios. Se siente raro tocar el cuerpo de Sung cuando está al descubierto.

- Me encanta tu cuerpo, Binnie. Incluso si está desnudo.

- ¿Nos damos un baño?

El pequeño respondió con emoción un 'sí'.

Antes de llegar al baño, el peli castaño dejó salir un gemido.

- ¿Qué pasa ardilla?

- T-tu p-pene

- No importa corazón. - finalicé y finalmente abrí la puerta.

Mi vista se dirigió automáticamente a la tina, en ella acosté el cuerpo de pluma que tenía mi nuevo amado el cual se mordió el labio inferior por como me veía sin ropa.
Abrí la manija del agua fría junto con la caliente.

- No preparamos nuestras prendas.

- No importa, ardillita.

Me adentré, haciendo que mi pecho choque con el contrario, quedando juntos.
El más bajo se quejó en respuesta, ¿tan pesado soy?
Dentro de un rato, e besó. Correspondí.

- Alfa, hagámoslo aquí.

Me adentré de a poco, su entrada estaba algo estrecha y eso provocó que Sungie me rasguñara. 
Gruñí cuando sentí las uñas clavarse en mis espaldas.

- Te amo alfa. -  dijo entre jadeos.

- Yo igual omega.

Me terminé corriendo dentro de Jisung y se siente tan bien. Aprieta tan bien que es irresistible no enterrarse en él.

- ¿Nos terminamos de bañar, cariño?

Creo que me estoy acostumbrando a esto. Ni siquiera pasó una semana para ser exactos.

- Sí, bebé. - estaba agitado, se notaba desde lejos. - Pero tu báñame.

- Bueno. - me senté, justamente para que mi pecho chocase con la espalda de Hannie. Acaricié su abdomen, después sus piernas y, por último, su trasero redondo.

Un mes en celo      (binsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora