i. a meeting of fates

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i. un encuentro de destinos

Margaery Potter solía amar cada primero de septiembre con su vida

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Margaery Potter solía amar cada primero de septiembre con su vida.

Pero ahora, solo vagaba por el andén 9¾ como una muerta en vida. Seguía a su tía, Margaery, a su prima, Arya, y a sus hermanos, Harry y Alyssane, empujando su carrito, que estaba extrañamente más pesado que de costumbre, como si llevara un dragón en él. Margaery rio para si misma de tan solo pensar semejante estupidez.

Pero toda alegría se esfumó cuando escucho a una madre preguntarle a su hija si llevaba el permiso para Hogsmeade. El que solía ser el año más ansiado para la mediana de los Potter se había convertido en un año catastrófico, y eso que aun no empezaba. El principal atractivo de ese año eran las visitas al pueblo (además empezar las materias optativas) y ahora estaba totalmente prohibido debido al escape de Sirius Black, un asesino serial y seguidor de Voldemort.

—Harry, aléjate de los problemas, ¿sí? —escuchó Margaery.

—Yo no busco problemas —respondió Harry, con una pizca de diversión—. Los problemas normalmente me encuentran a mí.

—Es de familia —aportó Alyssane mientras abrazaba a su tía, al parecer lista para subir al tren—. Bueno, de casi toda la familia.

Margaery estaba demasiado ocupada buscando a Susan, Hannah o Electra como para ver que su hermana la estaba mirando. Aun así, lo supuso, dado que, de los tres, ella era la que menos problemas había traído a sus tíos.

—Estoy bien manteniéndome alejada de la muerte, gracias —dijo Margaery, con un sarcasmo notable en su voz.

—El tren debe estar por partir —Harry se había logrado zafar de Margaery Pendragon y de sus intenciones de peinar su cabello alborotado.

Se oyó un potente silbido y pasaron unos guardias cerrando todas las puertas del tren.

—Ya vamos —los apuró Arya, despidiéndose.

Arya y Alyssane subieron al tren justo cuando Harry se despedía de Margaery. Su hermana gemela le tendió una mano y se echó atrás para tirarlo. Los tres se asomaron por la ventanilla y dijeron adiós con la mano a su tía hasta que el tren comenzó a andar, dobló una curva y se perdió de vista.

—¡Harry! —escucharon a sus espaldas.

Margaery no tardó mucho en reconocer la dueña de la voz. Era Hermione Granger, amiga de Harry. Detrás de ella venían Ron Weasley y Victoria Britannia, hablando de algo que al parecer era bastante preocupante. Y detrás de ellos iban Catherine Windsor, Electra Britannia y Ginny Weasley, admirando lo que parecía ser un anillo en la mano de la castaña.

Cuando Victoria, Electra y Catherine llegaron a donde estaban, Alyssane y Margaery hicieron la típica reverencia.

—Tengo que hablaros a solas —dijo Harry entre dientes a Ron, Hermione, Catherine y Victoria en cuanto el tren cogió velocidad.

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