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Felix llegó al estacionamiento con los ojos rojos y brillosos, varias lágrimas seguían cayendo de estos mientras mordía su labio inferior molesto.

¿Por qué Changbin lo estaba tratando así, que le sucedía?

Desde que iniciaron su relación hacia dos años, nunca había tenido un comportamiento así, siempre era muy comprensivo y amable, aunque sí, a veces era violento, pero normalmente lo mantenía al limite, o bueno, él llegaba a persuadirlo lo suficiente para que no llegaran a los golpes, solo empujones.

Changbin yacía apoyado en el capo de su auto viendo al pelirrubio, sabía de la pelea que se avecinaba. Conocía a su novio.

Nunca le había colgado a Felix, siempre era el pelirrubio quien terminaba todo, cada pelea era iniciada por él, no era blanca paloma, pero el menor, era muchísimo peor que él.

Lee tenía tanto poder sobre él que a veces le daba miedo, porque lo amaba, y sabía que en un impulso Felix podría hacer lo que sea, lo que fuera necesario, para mantener su relación, sin importar a quien o quienes dañe, todo debía lucir perfecto frente a todos, tanto a su familia, como amigos, como a los reporteros, como a la industria a la que iban.

A todo el jodido mundo.

El menor detuvo su andar parando enfrente de su novio, una bofetada fue lo primero que saludó a Seo, este rió sarcástico.

No era la primera vez que Felix lo golpeaba.

- No tienes derecho a hablarme así... - habló molesto el pelirrubio sorbiendo su nariz. -Eres cruel conmigo, hyung... - sollozó infantilmente el de pecas tratando de limpiar sus lágrimas con sus puños.

Changbin suspiró agotado, no se iba a poner a discutir ahí, no en publico, corrían el riesgo de que alguien los viera, y si eso pasaba, estaban jodidos.

- Sube al auto, Felix. - ordenó serio el mayor aguantando cada impulso que le dictaba que se fuera en ese instante de ahí y termine todo contacto con el de pecas.

Acabar con los dos años que llevaban, acabar con todo.

El menor hizo caso omiso permaneciendo en su lugar, a Seo se le agoto la paciencia.

- ¡QUE TE SUBAS AL MALDITO AUTO, CARAJO!! - Changbin tomó bruscamente del brazo a su menor obligándolo a entrar en el auto.

Felix lloriqueó pegándole algunas palmaditas en la mano a su hyung intentando detener la brusquedad con la que lo trataba.

- Bin, Qué mierda te pasa? - farfulló temeroso el pelirrubio sobando su bracito, lloró viendo como la mano del mayor se quedó grabada en este en un tono tan rojizo.

Changbin no respondió, ignoró cada una de las quejas, regaños, berrinches y gritos que su menor le gritaba durante todo el viaje a su departamento.

Estacionó el Ferrari negro que manejaba y bajó de este siendo seguido por su novio, Felix aún seguía gritándole, como siempre hacia cada que se enojaba, aunque a veces actuaba diferente, más sumiso, pero sabía que eso era solo una fachada.

Entraron al departamento, todo se quedó en silencio de un momento a otro. El pelirrubio tomó un corto respiro y sonrió tratando de calmarse.

Arreglaría las cosas.

El pelinegro se volteó quedando frente a su menor, este lo abrazó nervioso y se aferró a su cuello dándole un pequeño beso en la mejilla a su mayor.

- Ya no hay que pelear, Bin... Perdón si hice algo malo, prometo no volver a hacerlo, ¿Si? - susurró agitado el pelirrubio mirando la mandíbula tensa de su novio. - Iré a hacer tu comida favorita, amor, yo-

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