Fui a tu casa, toque tu puerta, no respondiste, te llame, tampoco lo hiciste. Me senté en tu puerta, estaba decidido a arreglar las cosas.
Nunca saliste, pero tampoco entraste, acaso ¿Te habías mudado? ¿Habías abandonado tu casa por mi culpa? ¿Si te ruego perdón? ¿Volverías?
Tuve que irme, tus vecinos llamaron a la policía porque pensaron que era un ladrón, me dieron una advertencia.
Por favor, regresa...