En un lugar muy muy lejano, en un Reino más allá de las colinas, una de las familias más ricas de la época. Reinaba su Majestad el rey Edric, el cual gobernada junto a su bella esposa Meredith y su hijo Valentine, el futuro heredero del trono.
Como dicen las tradiciones, el heredero tendrá que casarse a sus Diecinueve años de edad, con lo cual podrá heredar el trono, convirtiéndose en el soberano rey.
¿Acaso valentine encontrara a la mujer quien lo acompañara en el trono?
En contra parte se encontraba Charlotte, una pobre sirvienta del Reino, con una infancia trágica, que la llevo a estar ocho años de su vida bajo las sombras de este.
¿Acaso Charlotte podrá salir de aquel triste lugar?
VALENTINE;;
El sol sobrepasa el vidrio templado de la ventana, mientras los pajarillos cantan al son del viento, la fuerte brisa levanta los rizos de mi cabello.- ¿príncipe Valentine? - Resonó la dulce y suave voz por la habitación. Exclamó: -Su padre lo espera para desayunar.-
Abrí mis párpados con pesadez y difícilmente, logre levantarme con los pies arrastras.
Al frente de mi suave colchón, se encontraba una hermosa joven; La brisa movía su liza cabellera, la cual era castaña como el tronco de un árbol, en su rostro permanecía una sonrisa reluciente, y sus ojos miel, derramaban dulzura con tan solo verlos.
- Charlotte... Que sorpresa verte tan temprano - Hable con una voz calmada y tranquila.
Sin algún esfuerzo me levante de aquella cómoda cama y recibí la suave ropa que ella tomaba entre sus brazos.
- El desayuno lo espera abajo - Exclamó Charlotte y salió de la habitación a prisas.
Abajo me esperaba mi padre con no muy buena cara, mientras mi madre me recibía cálidamente como siempre. Ya sentados en el gran comedor, el silencio reinaba sobre la mesa.
- ¿Sabes a que viene esta conversacion? - Exclamó mi padre sosteniendo la plateada Copa.
Sus ojos me dijeron de que hablaba; Mis padres llevan insistiendome sobre casarme, quieren que herede el trono y cuide del Reino.
- Padre... Aun no he conocido a la mujer indicada. - Suspire y baje la mirada.
- La conocerás... ¡mañana en el gran baile!- Exclamó mi padre : - Muchas doncellas solteras vendrán a ofrecerte su mano. - Sonrío.
- Padre... Es que... - Me interrumpió.
-¡Di una orden! Mañana te comprometeras, aunque tenga que obligarte- Fruncio el seño.Enojado me levante de la mesa y me dirigí al exterior del Castillo, donde el sol iluminaba el abierto campo de flores, me tumbe a la sombra de un viejo árbol y cerré mis párpados.
- ¿Enojado? -
Abri los ojos y la silueta de una joven se formaba en mis pupilas.
- ¡Charlotte! - Suspire y emboce una leve sonrisa.
Mi vieja y única amiga... En mi infancia mis cercanos eran príncipes de alta clase, doncellas de reinos vecinos y sirvientas. Ella siempre fue diferente; dulce y amable... Su presencia era comoda y tranquila.
Recuerdo
Ocho años atrás;;Mientras aquel joven Valentine de 11 años reposaba debajo de ese gran árbol, una voz interrumpió el áspero silencio: - Oye niño ¿puedo sentarme?-
Esa voz retumbó en mi cabeza, frente a mi la silueta de una niña se hacia visible, no conocía su rostro, pero a mi temprana edad confieso, que era hermoso.
Desde ese día nos convertimos en buenos amigos, todos los días, debajo de aquél árbol, nos reuniamos para admirar el cielo azul.Actualidad;;
- ¿Problemas? - Preguntó Charlotte, tumbandose a mi lado.
-Mañana me voy a comprometer - Suspire con tristeza en mis ojos.
Ella llevó sus ojos a los míos y con una sonrisa, lleno de paz y tranquilidad mi corazón.
- ¡Que afortunado! - Sonrió.
- Tu sarcasmo no da gracia...-
- No lo es... Lo que tengo claro, es que cuidarás muy bien del Reino, sin importar la doncella que escojas - Exclamó con calma y cerrando con un bostezo.
- ¿Descansaste bien anoche? - Pregunte preocupado.
- No muy bien... La cama es incomoda - Soltó una pequeña y suave sonrisa.
La cama de las sirvientas nunca fue comoda, aunque la hice mi sirvienta personal, aun así no recibe un buen trato... ¿Algun día cumplire aquella vieja promesa?
Apoye suavemente mi cabeza en su hombro, mientras mis manos reposaban en el duro césped, ella acaricio los mechones de mi frente.
¿Acaso asi se siente el paraíso? ¿O acaso ella... Es el paraíso?
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Una promesa de amor
Romance"Las promesas no se hacen en vano" Charlotte una joven sirvienta, la cual llegó al Reino pidiendo clemencia, no esperaba encontrarse con la persona que cambiaría su vida... El príncipe Valentine ante una promesa de amor, encontró en ella la calma y...