Una promesa de amor

Capítulo II

Al caer el medio día me reuní con mi más cercano caballero, Edwin, y decidimos pasear a caballo cerca del vecino lago.

- Con su respeto príncipe Valentine, pero usted le prometió a la doncella Medea que iba a pedir su mano, aún así sabiendo la rivalidad entre su Reino y el nuestro.- Exclamó Edwin.

Hace unos años;;
En un viaje por los países extranjeros, conocí a un hermosa y orgullosa doncella, Medea; Hija del Rey Nave, ella con su elegancia y belleza se robó poco a poco mi corazón. Pero lo que no sabía, era la rivalidad entre nuestros reinos... simplemente un amor imposible.
-Yo te prometo que lucharé contra mi padre solo para casarme contigo, mi amada-

Actualmente;;
Edwin me saco de mis pensamientos y exclamó: - ¿Entonces se casará con otra doncella y olvidara el nombre de Medea? -

-¡Ni hablar! Sólo necesito un plan... si de alguna manera logrará la Unión con una doncella podría divorciarme y casarme con mi amada.- Exclame: - Mi padre no podría prohibir nuestra Unión, ya que al volverme Rey su palabra no valdría nada -

Refuto Edwin: -Pero Príncipe, ningúna dama aceptaría su petición, las mujeres divorciadas no pueden volverse a casar, además son apartadas y llamadas sucias... Dígame ¿Quien quiere una vida así?

Bajamos de nuestro caballo y admiramos el sol ocultarse tras las altas montañas, dando bienvenida a la oscuridad de la noche.

Dije: - No estoy seguro, pero se de una persona que puede aceptar. -

- ¿Quien? -

Firme exclame: - Mañana en el baile lo sabrás... En frente de mi padre, voy a declarar mi compromiso y el no podrá negarse -

¿Es una mala idea? tal vez... pero arriesgaría mi trono solo por reunirme con mi amada.
Esa noche le envié una carta:

Querida mia

Se que has escuchado de mi compromiso...
No te he mentido...
Prometí pedir tu mano y lo haré.
Pero necesito tiempo amada mía
Prometo que en poco tiempo estaremos juntos de nuevo.

Att: V. Clark

Mientras tanto la joven Charlotte se encontraba hundida en sus pensamientos, junto a las sirvientas organizaba el gran salón para el baile de mañana.

CHARLOTTE;;
- Escuche que mañana el joven príncipe va elegir a su prometida - Se rumoreaban entre las sirvientas.

Añadio una: - Durante todos estos años el príncipe no se ha preocupado por encontrar esposa, ¿Y si ya se comprometió con alguna doncella? -

- Deberían preguntarle a Charlotte, se supone que ella es muy cercana al príncipe, ¿verdad Charlotte?- Pregunto una de ellas.

Me sonroje apenada por la pregunta, no pensé ser tan cercana al príncipe y después de pensarlo mucho, nunca me habló de alguien...

Entre vocesitas logramos terminar a horas de la noche, caí rendida ante aquella cama, quité las telas de mi ropa rápidamente y coloque una tela blanca liviana.

Desde la dura cama admiraba las estrellas que iluminaban las ásperas cobijas, mientras cantaba una dulce melodía trataba de conciliar el sueño.

Este lugar solo me entristece el corazón, aquí llegue junto a mi madre, hambrientas y delgadas.. Mi madre siempre me hablo de la realeza, peinaba mi cabello y me contaba la historia de una joven pobre que enamoró a un príncipe con su belleza, el cual ante las adversidades se casaría con esta y serían felices para siempre.

Acaso... ¿Podre encontrar la felicidad? ¿Una simple sirvienta puede encontrar el amor de un caballero?