Una promesa de amor

Capítulo V

CHARLOTTE;;
Los rayos del sol traspasaban la ventana de aquella alcoba tan acogedora, al ser la prometida del futuro rey, no podía seguir en los pequeños cuartos de las sirvientas, entonces, Valentine pidió la alcoba más grande del castillo y la cual tenía la vista más hermosa al campo de flores.

- ¿Te gusta? - Preguntó.

Detrás de mí estaba Valentine, con una sonrisa que iluminaba su rostro. Conteste: - Es una hermosa vista -

Se acercó hacia mi y tomo mis manos, emocionado daba pequeños saltos: - Te agradezco por todo pequeña, estaba desesperado -

Seria pregunté: - Príncipe Valentine, ¿Que hará cuando nos divorciemos? ¿Planea casarse de nuevo? -

Su expresión cambió al instante y soltó mi manos:
- No... No te preocupes por eso pequeña - Exclamó.

- ¡¡Su majestad!! - Grito.
Una hermosa mujer apareció en la puerta. Se acercó e hizo una reverencia.

- Un gusto soy Stella, la mejor costurera del Reino -

Confundida le pregunté a Valentine: - ¿Costurera? -

Stella respondió: - ¡La mejor! Su Majestad me pidió traerle mis mejores vestidos -

- Te prometí los vestidos más preciosos... - Valentine habló en voz baja.

Emocionada salte a sus brazos y le di un fuerte y cálido abrazo que endulzó mi alma.

- ¡Muchas gracias Valentine! - Exclame y me aleje de él.

- Las dejó solas - Se fue de la habitación.

VALENTINE;;
Preciosa la vez que conocí tu hermoso rostro, como tus ojos brillaban ante la luz del sol y como tus mechones castaños lucían suaves y lacios. Ese día te volviste mi pequeña Charlotte, la pequeña que siempre quise proteger.

Recuerdo;;
- ¡Pequeña ten cuidado! - Grite

- No te preocupes Valentine... El campo queda cruzando por este tronco - Respondió. Subió a un tronco que cruzaba un pequeño lago.

- ¿Ya llegam...? - Interrumpió.

- ¡TACHAN! - Grito. Un hermoso campo tintado de muchos tonos estaba frente a mis ojos, era hermoso, lleno de sus flores favoritas, entre ellas; los girasoles.

- ¿Es hermoso verdad? Este puede ser nuestro lugar seguro - Sonrió.

¿Lugar seguro? Nuestro lugar seguro.

Actualmente;;
Me dirigí a ese pequeño lago, ya no era simplemente un tronco, sino un fuerte puente. Al cruzar estaba el hermoso campo, y con más flores que antes.

Nuestro lugar seguro de la infancia...

- ¡Príncipe Valentine! - Edwin me gritaba a los lejos y se acercaba hacia mi.

- Edwin, amigo mío - Sonreí.

- ¿Como van las cosas con su Majestad? - Pregunto curioso.

- No lo se Edwin... Mi padre acepto el matrimonio, pero se le veía decepcionado - Baje la cabeza.

- ¿Y Medea? ¿Ya le platicó a su prometida sobre ella? - Pregunto.

-No Edwin... Es mejor que no lo sepa... -

- ¡Príncipe Valentine! - Escucho una voz aguda que grita mi nombre.

Volteo a ver y era Charlotte, llevaba un vestido rojo simple, con telas finas y delicado encaje.

Exclamó Edwin - Doncella Charlotte... Se ve hermosa - Hizo una reverencia.

Edwin me da un codazo en el brazo. Exclama: - ¿Verdad príncipe Valentine?

Rió. Exclame: - Charlotte te ves muy hermosa, me alegra ver una sonrisa en tu rostro -

Charlotte sonríe tímida. Habla en voz baja: - Muchas gracias... Estoy muy feliz -

Volteo hacia unas flores y las arranco. Las juntos todas y se las ofrezco a Charlotte.
- Girasoles para la chica más bella de todo el Reino -