25. Comer arroz a la luz de la luna.

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—Me voy a operar.

Misaki abrió mucho los ojos, al escuchar lo que dijo Usami, como si hablara del clima del día siguiente o de que la comida le quedó demasiado salada.

—¿Cómo? Que pasó, ¿fuiste al médico?

Usami asintió, tranquilo, le dio un sorbo a la cerveza y se echó hacia atrás.

—El oftalmólogo me dijo que esta es mi última oportunidad para hacerme la operación para mejorar mi vista —aclaró—; así que voy a operarme.

Misaki dejó escapar un suspiro aliviado.

—¡No me asustes así!

—¿Así cómo?

—Pensé que te había pasado algo más grave.

Usami esbozó una sonrisa burlesca, casi soñadora, y posó la cabeza sobre la palma de su mano derecha.

—Eres lindo cuando te preocupas por mí.

—Agh... solo cállate y come.

⊰✩⊱

El día de la intervención, Misaki y Usami llegaron tempranísimo a la clínica, primero porque no trajeron el carro (de cualquier modo, Usami no podría manejarlo de vuelta) y preferían eso a perder la hora. Como era una cirugía de carácter ambulatorio y, en teoría, corta, aprovecharon el tiempo para tomarse algo en la cafetería.

Una vez que Usami le dio a Aikawa el aviso de que iba a tomarse un par de semanas para recuperarse de la operación (cosa por la cual la mujer casi se desmaya) es que estuvo presionado a trabajar lo que más pudiera antes de la fecha, pero al menos estaba más contento. Ahora, en la cafetería, decidió apagar el teléfono que no dejaba de recibir llamadas y dedicarse a disfrutar de sus "vacaciones" con el pretexto de licencia médica.

—Se supone que solo deberían ser unos cuantos días —gruñó Misaki.

Usami alzó una ceja y miró la hoja que le había dado el médico.

—Como buen paciente que soy, voy a respetar los veinte días que me dijo mi doctor.

Misaki puso los ojos en blanco y se terminó el caro café que pidió. Luego, al ver la hora, se registraron y esperaron cerca de treinta minutos, antes de que llamaran a Usami a la consulta. Le preguntaron a Misaki si también quería pasar, pero él prefirió quedarse afuera, ya que no gozaba del morbo de ver algo tan extraño como una cirugía láser de ojos.

No sabía si era común o no, pero Misaki no pudo evitar ponerse ansioso ahí afuera. Fue la media hora más larga de su vida, pero en cuanto Usami salió con un par de gafas transparentes, y una bolsa con cosas dentro, Misaki volvió a recuperar una presión normal.

Habló con el doctor, para escuchar lo básico y posibles síntomas que podría llegar a sentir Usami durante la recuperación. Una vez fuera, se acercó a Akihiko, que se aferró del brazo de Misaki, con una sonrisa serena.

—No puedo ver.

Misaki no pudo refutarle nada, así que asumió que lo que decía era verdad. El taxi ya los esperaba afuera, así que tuvo que tragarse la vergüenza de servir de bastón de Usami, e ir hasta el auto.

Ya quería que pasaran esos días en los que tendría que hacer de niñera de un cuarentón.

⊰✩⊱

—No molestes; tú puedes comer solo.

—No puedo —refutó Usami.

Misaki frunció el cejo. Trajo la bandeja al cuarto porque el médico le había dicho que debía permanecer en un cuarto oscuro durante la mayor parte del día.

Déjame recorrer esta vida contigo (Junjou Romantica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora