Estaba exhausta a pesar de haber dormido. Cuando abrí los ojos poco a poco fui viendo el lugar en donde me encontraba. No era la habitación. Ieiri estaba sentada al lado de la camilla en donde yo me encontraba echada, con la mente en blanco por lo ocurrido.
—Blue —Ella se puso de pie apenas me vio despierta—. ¿Cómo te encuentras?
—¿Dónde.. estoy? —murmuré, aún echada.
—Es un pequeño hospital del pueblo. Te desmayaste.
—Lo siento. —me disculpé e intenté levantarme.
—No te preocupes. Esto fue mi culpa por insistir en que me acompañaras. Creo que llevé las cosas muy rápido, aún este lugar no es lo suficiente familiar para pasear. —Intentó acariciar mi cabello pero solo le miré algo asombrada por si lo hacía, entonces retiró su mano—. Le avisaré al doctor que ya despertaste.
Ella se fue y cerró las cortinas. Y yo volví a echarme. Creo que esto me daba una señal de que estaba en lo correcto de no recibir medicación. Está claro que puedo alucinar sin tomar nada. Giré mi rostro hacia un lado. Me estaba dando cuenta de que todas las ventanas tienen buena vista, desde aquí veía el mar, el muelle no estaba tan lejos. Pestañeé lentamente por la brisa que entraba por la ventana, e hice mi mayor esfuerzo para olvidar.
Debió ser producto de mi imaginación, he leído tantos libros de fantasía que hasta sueño con escenas que volverían loco a uno. Mi mano fue a mi collar, lo único real era la llave. ¿Por qué soñé despierta? Se sintió tan real que aún lo recuerdo. Su cabello blanco, su vestimenta, sus largos y finos dedos que sentí por el roce cuando me pasó el pepero, el dulce aroma que me invadió al estar a unos centímetros de él, el golpe de mi cara con su cuerpo.
Sobé mis ojos, tengo que dejar de pensarlo o me volveré loca.
—Fue solo mi imaginación. —me dije.
—Creí que solo yo hablaba solo.
Al instante quité las manos de mis ojos. Ahí estaba él, parado frente a la ventana, viendo hacia fuera, con las manos en los bolsillos de su pantalón, tan relajado. Y yo perpleja.
—Parecía que no ibas a despertar. Hasta pensé que debía darte un beso como el cuento de la bella durmiente. —se burló. Y giró su rostro hacia mí, bajó un poco sus gafas y pude ver sus ojos, pero no por mucho. Las puso correctamente de nuevo y caminó en mi dirección—. ¿Por qué te desmayaste? Empezaba a sentirme culpable.
Me incorporé en la cama sin dejar de verlo. Me pellizqué el brazo, y él seguía acercándose. Se sentó en la camilla, a un lado de mí y su sonrisa se amplió. Pero más me concentré en el hundimiento del colchón.
—¿Aún no te lo crees, verdad? —siguió.
Dejé de pellizcarme porque eso ya no ayudaba en nada. Solo causaba dolor.
Él está aquí, yo lo veo, no estoy loca. Sin embargo, seguí dudando. ¿No lo estoy, verdad?
—Ni se te ocurra desmayarte de nuevo. —alzó su dedo índice frente a mi rostro, y sentí el aire del movimiento de éste—. Vamos, sigue mi dedo —Lo movió de izquierda a derecha, y mi rostro lo siguió—. Qué obediente.
Me di un golpe mental. ¿Qué demonios?
Mis ojos fueron a cada parte de él, algunos cabellos se movían con la brisa, su piel pálida era una normal, no la de un muerto total, su respiración era igual que la mía, hasta olía el mismo dulce en él, uno tradicional que aún se me era borroso recordar. Este chico se ve real pero..
—Me acabas de violar con la mirada, Blue. —volvió a hablar.
Pero tengo que comprobarlo.
Formé un puño con mi mano.
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Lo azul de sus ojos || Satoru Gojo
Fanfiction¿Sabías que los fallecidos van a distintos mundos? Es por la forma diferente de sus muertes. Por ejemplo: si fue por una enfermedad, un accidente o.... si ellos mismos se quitaron la vida. Blue es una joven de diecisiete años que tuvo que presencia...