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La verdad todo seguía igual.

Después de volver de rehabilitación, todo seguía siendo igual.

La maldita necesidad de vomitar aunque solo sea agua, seguía ahí.

y sabia que nunca se iba a ir.

Mis ganas por ser perfecta eran mucho mas altas que mi necesidad humana de saciar mi apetito, así que no intente mejorar, solo fingí.

Todos en esta vida mentimos, ¿no?, la cuestión es que la gente normal miente por un bien propio. Yo lo hacia para seguirme matando de hambre.

Y la verdad, no me importaba.

—¡MACKENZIE, BAJA A COMER! — La voz de mi madre se hizo presente mientras intentaba enforcarme en estudiar matemáticas.

¿Quien carajos las invento?, porque espero que ya este en el infierno. Como odiaba esos malditos números.

—¡MACKENZIE CONNOR! — Vocifero la voz de mi madre, a lo cual rode los ojos y hice caso a su petición.

Llegue a la mesa y vi platos de sopa, Genial, iba a ser fácil vomitarlos después.

Una sonrisa me tomo imprevista.

—¿Te gusta, Cariño?, espero que te lo comas todo —Dijo mi madre tan dulcemente que la culpa me empezó a carcomer.

Se acerco y me dio un beso en la mejilla — Me tengo que ir, Mack, por si quieres mas, hay en la nevera — Dijo antes de cerrar la puerta del comedor.

—¡Te amo! — Le grite sin esperar respuesta, lo mas seguro es que no lo había escuchado.

Me acerque a la mesa y mire la sopa, cuando era chiquita la amaba, no creo que sea muy difícil.

Me senté y probe la cucharada, sabia fantástica, pero, sin embargo, mi estomago no pensaba lo mismo.

Corrí hacia el baño y vomite la pequeña porción que apenas me había comido, esto no iba a funcionar.

Volví a la cocina, y bote la sopa en el lavaplatos, y lave la tasa.

Sin mas, subi a mi cuarto.






























No recuerdo cuanto tiempo paso desde que me quede dormida, solo recuerdo que lo hize porque el hambre me estaba matando.

Me acerque a la ventana y vi que era de noche, mi madre seguro ya estaba abajo.

Cuando empeze a bajar la escaleras escuche risas y pensé que tal vez seria un programa de television, pero me sorprendí al ver a mi madre riendo con una señora.

Me acerque a paso lento y la observe mejor, era linda.

Ella se dio cuanta de mi presencia y sonrió.

—¡Hey!, ¿Eres Mackenzie, no? — dijo la señora amablemente, asentí — Wow, Carla, no me dijiste que tenias una hija tan linda, se nota que heredo eso de ti. — Dijo la señora.

Vi a mi mamá sonrojarse y sonriendo — ¡Ay, Marie!, ¡Muchas gracias!, pero la verdad lo heredo de su padre — Mi mamá me volteo a ver con una sonrisa orgullosa — Mackenzie, ven, preséntate.

A paso lento me acerque a la señora, no podia negar que conocer gente nueva me aterraba.

—Buenas noches señora, me llamo Mackenzie Connor, es una gusto conocerla — Dije cuando estuve alado de mi mamá.

—¡Ay!, Que linda muchachita, Mi nombre es Marie Thames pero me puedes decir Marie, nada de señora — Dijo actuando como una adolescente — ¿Debes tener unos 13, no? — Asentí — Mi hijo menor Mason tambien tiene esa misma edad y la mayor Brooke tiene 14 — Dijo Marie orgullosa.

—¡Ay, amiga!, no sabia que tenias hijos, ¿Porque no los traes mañana?.

No mamá, porfavor. Dije en mi interior

La sola idea de soportar a mas adolescentes hormonales ademas de mis compañeros, no era muy agradable.

—¡Maravilloso!, Justo mañana Mason llegara de su viaje.

—¿Viaje...? —Dijo mi mamá confundida.

A esta señora si que le gustaba el chisme.

—¡Si!, Mi hijo, estaba viajando, porque estaba grabando su nueva pelicula — Dijo la señora sin dejar de sonreir.

—¿Pelicula...? —Dijo mi madre.

Rodee los ojos. Perfecto, mañana vendría un niño que de lo mas seguro era presumido.

— Mmm, me voy para mi cuarto, adios señora... digo Marie — Dije alejándome.

—¡Adios linda!

—¡Duerme bien, Mack! — Grito mi madre.

𝐒𝐓𝐀𝐑 𝐁𝐎𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora