Quatre

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Su amigo iba conduciendo con una sonrisa orgullosa, como si hubiera hecho su buena obra del año. En cambio Jungkook trataba de mantenerse lo más relajado posible mirando el exterior pasar deprisa tras el cristal de la ventanilla.

No tardaron demasiado en llegar.
Era un elevado edificio residencial, no muy lejos del distrito financiero de Seoul. Después de presentarse con el conserje del lugar e intercambiar unas pocas palabras, verificaron que la dirección que Jimin había conseguido era la correcta.

Una vez salieron del ascensor, buscaron con la mirada el número de apartamento correcto.

581

Jungkook trató de mentalizarse en la situación en la que se encontraba. Jimin le había concebido unos segundos pero ya que estaban aquí, lo mejor era terminar de una vez por todas el asunto, así que sin más dilación presionó el timbre a un lado de la puerta.

A los pocos segundos se escucharon pasos acercarse, y luego una mujer, que Jungkook intuía oscilaba entre los cuarenta, les abrió la puerta con una sonrisa educada. Dedujeron que se trataba de la empleada de servicio por el uniforme que llevaba.

"Buenos días ¿Les puedo ayudar en algo?" sonrió amablemente después de una corta reverencia a la cual imitaron.

"Err... sí, verá..." expresó Jimin un poco torpe, frotándose las manos en la tela de su pantalón. "Buscamos a Lee Ji Eun ¿Ella se encuentra?"

"Oh, la señora. Sí, ella está en casa. Si me dicen sus nombres puedo informarle"

"Sólo dígale que somos sus antiguos compañeros de la universidad, por favor" Jungkook se apresuró en responder, creyó que anunciarle sus nombres no sería lo más acertado.  "Nosotros podemos esperar aquí"

La empleada cerró la puerta de nuevo, no sin antes responder con un vuelvo enseguida.

Jimin y él compartieron una mirada que expresaba el nerviosismo que ambos sentían por la presión de las circunstancias; después de este día las cosas mejorarían o empeorarían, o en el más aislados de los casos, seguirían iguales.

Su amigo era un chico optimista y confiado. Siempre lo había sido. Pero si le preguntaban a Jungkook, él ya no sabría por qué apostar.

De repente volvieron a oírse pisadas de unos tacones y voces que provenían desde el interior. Esta vez la puerta se abrió completamente, dejando ver a la persona que estaban buscando.

Lee Ji Eun yacía de pie, frente a ellos, mirándolos tan sorprendida como podría estarlo, que si no fuese por esa primera reacción hubiesen asegurado que se trataba de alguien completamente diferente; ya no habían rastros de ese maquillaje pesado alrededor de sus ojos, de su largo cabello mal cuidado, de sus desgastadas ropas negras y el esmalte en sus uñas que combinaba con estas. La mujer que tenían enfrente era alguien refinada, con su cabellera negra recogida cuidadosamente, de piel tersa y tenue retoques sobre sus labios y pómulos.

El silencio se hacía algo pesado y la empleada miraba ambas partes sin saber qué rayos sucedía.

"Yuna, por favor, lleva a Lin a su habitación" ordenó entrégandole la pequeña niña que llevaba entre sus brazos.

La empleada se mostró insegura, pero aun así obedeció cargando a la niña y, con una última mirada, se alejó.

Ji Eun los dejó entrar guiándolos hacia la sala de estar sin mirarlos nuevamente.

Sin decir una palabra, Jimin y Jungkook se sentaron en el sofá mientras que su anfitriona tomó asiento en un sillón frente a ellos.

El incómodo silencio se formó en el ambiente por unos segundos hasta que esta decidió preguntar lo evidente.

Kadara ✧ 국태 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora