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Una vez todo aclarado, ambos chicos emprendieron su rumbo hacia la ciudad cuando Taehyung hubo asegurado que aprovecharía ese día para investigar una manera efectiva de deshacer el Égrègore.

Y así lo hizo; pasó lo que quedaba de la mañana y parte de la tarde enterrado entre viejos libros y polvorientos tratados de Magia Negra antigua, muchos de ellos mencionaban dichas entidades y explicaban cosas que él ya conocía, pero no decían una solución en concreto. Como último recurso, aún sabiendo que no serviría de nada, decidió urgar en su propio grimorio, lo cual terminó igual que las búsquedas anteriores: infructífero. El único resultado que obtuvo fue la frustración latente que le recorría.

Al menos la clienta que Yoongi le había recordado que tenía minutos después serviría para distraerlo un poco.

Revisando en su agenda encontró su visita confirmada para esa misma tarde.

Song Hae Ji___3:00 pm estaba escrito.

Y debajo de aquel nombre se veían unos tres más.

Contrario a otras personas que se dedicaban a lo mismo, él no cargaba su día de clientes, de hecho hoy era uno de los días que más cargado tenía. Tampoco aceptaba visitas sin una cita previa de por medio, ni promocionaba sus servicios por Internet o algún que otro triste volante pegado a los postes. Ese tipo de propaganda le resultaba invasiva a su privacidad.

Su clientela se basaba en los mismos viejos clientes de siempre y otros tantos que llegaban nuevos guiados por las referencias de conocidos. Todos en edad legal.

Cuando la tal Hae Ji llegó, le informó que venía por algún hechizo que le permitiese conseguir el corazón de alguien. Al oir esto, Tae tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no rodar los ojos; casos como estos son los que más patéticos le parecían, y más aún cuando la misma aseguró estar en sus veintidos recién cumplidos. Una chica en la flor de la vida.

Patético, pero no era su problema.

"¿Son cercanos?" trató de sonar lo más neutro posible. No quería parecer indiscreto, pero necesitaba ese dato.

"Sí. Somos amigas" asintió la joven con timidez. "Pero ella tiene pareja. Un chico"

Complicado... pensó Taehyung, mas no lo dijo, en su lugar se apresuró a ir al verdadero asunto.

"En la noche recogerás en el bosque setas frescas que sean comestibles" explicaba mientras machacaba en un pequeño mortero una raíz de textura similar al jengibre, creyó la joven. "En casa, córtalas y mézclalas con dos gotas de tu propia sangre. Puedes pincharte el dedo con una aguja o extraerla de tu menstruación. Lo que más práctico te parezca" aconsejó ignorando la torcedura en el gesto del rostro de la chica. "Invítale a cenar, o a un almuerzo y sírvele dicha mezcla a la chica con la que quieres estar. Debes velar que la acabe toda. Antes de eso, espolvorea esto sobre la comida" le entregó en un pequeño sobre transparente una ínfima cantidad de un polvo casi anaranjado que había conseguido del mortero.

Raíz de Mandrágora; no eran fáciles de conseguir pero eran muy efectivas.

Las siguientes horas transcurrieron tan rápido que Taehyung no las sintió pasar. Cuando quiso darse cuenta ya eran pasadas las ocho.

Lo único que había agradecido mentalmente a los nueve círculos del infierno era que los últimos tres trabajos hayan sido un poco más emocionantes que el primero; un preparado que albergaba en un su interior un hechizo destinado al fraccionamiento progresivo de la lucidez mental, una maldición por fotografía y la confección de un muñeco vudú, aunque por supuesto, le había pedido a su cliente que regresara en unos días a recoger su pedido. Tomaban su tiempo, y en efecto, había estado trabajando en su relleno cuando sintió que sus discos lumbares pedían por un descanso y su estómago exigía algo de comida.

Kadara ✧ 국태 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora