leche y chocolate

quatre

Muy bien, estaban fritos. Él había sido amenazado a muerte y el omega acababa de ser echado de su casa.

—Lo siento por eso, no creí, bueno, ni siquiera pensé que llegarían a tal extremo... —murmuró en disculpa Heeseung.

Jae quiso decir algo, pero nada pudo salir de sus labios, parecía que todavía estaba en un tipo de shock. Lee se sintió aún más culpable, miró al alfa, luego a sus dos maletas y al último, fugazmente, a su vientre que se mantenía plano.

—Oye —llamó para tener la atención contraria—, te agradezco por todo, en serio, lo intentamos, ¿no? —dijo, para posteriormente sonreír con tristeza.

—¿Te vas? —preguntó confundido Jake, estaba a punto de despedirse hasta que recordó algo—, ¿a dónde exactamente te irás? —añadió, no lo conocía, pero tenía una corazonada, y no le gustaba nada.

Heeseung hizo una mueca, algo incómodo por esa pregunta, parecía que ni él mismo sabía.

—¿Irás a tu suerte? —consultó Jae, deseando que no sea así, y que al menos tenga algún otro familiar o conocido que lo acoja, le parecía preocupante que alguien joven (y embarazado), esté andando en las calles como vagabundo. Bueno, no es como si hubiera visto alguno, por eso le ponía nervioso.

—Supongo, no me llevó tan bien con mis conocidos, y estoy seguro de que mi padre ya debe estar contando lo que pasó a mis tíos, ellos se negarán a recibirme —murmuró con voz apagada, Jake se sentía mal, no podía creer que iba a meterse más en la boca del lobo.

"Anda, vamos, hazte cargo"

—Pero ni siquiera soy culpable de algo.

—¿Qué dijiste, Yun? Perdón, es que estaba algo distraído.

Todo quedó en silencio por un buen rato, hasta que Jake suspiró y tomó suavemente la mano del omega para tomar las maletas que el más bajo portaba, por esto odiaba escuchar a su lobo, siempre terminaba cediendo a las peticiones de este.

—¿A dónde vas? —interrogó Lee al ver al alfa caminar con dirección desconocida mientras llevaba sus maletas, diría que estaba robándolas, pero iba muy lento para eso, o tal vez solo las maletas pesaban mucho y por eso no iba más rápido.

—No te quedes parado, ven, sígueme, no hagas más preguntas —le dijo, Hee solo asintió y lo siguió a paso lento, procurando guardar cierta distancia.