𝓓𝓪𝔂 𝓞𝓷𝓮: 𝒱𝒾𝒹𝒶𝓈 𝓅𝒶𝓈𝒶𝒹𝒶𝓈

446 41 28
                                    


[𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬: 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞]

—Pinche calor culero—dice un muchacho de cabello negro cubierto por la sombra de algún árbol, sintió su cuerpo agobiarse más con cada minuto que pasaba—Y este wey que no llega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Pinche calor culero—dice un muchacho de cabello negro cubierto por la sombra de algún árbol, sintió su cuerpo agobiarse más con cada minuto que pasaba—Y este wey que no llega

Sacó el teléfono de su bolsillo, la típica sudadera ya había sido despojada atada firmemente a su cadera era tan terco que pensó aguantar los intensos rayos de sol, hasta que claramente le fue imposible.

El reloj marcaba 12:30 un 15 de agosto, irritado maldijo internamente al castaño, tanto por llegar tarde como por convencerlo de salir a pasear cuando el tiempo estaba casi a los 32°. ¿Demasiado tonto o enamorado? las dos cosas; guardó el móvil observando a los lados en busca del poste, no sería tan difícil con el sol abrasador, las personas preferían quedarse en casa.

—¡Quackity! —gritaron a lo lejos, reconoció en un instante la voz del mayor. Rubius corría a él emocionado

—Hasta que llegas, casi una pinche hora aquí

—Perdóname macho, ya venía para acá—Quackity se fijó mejor en el aspecto de su compañero, se notaba cansado posiblemente por la carrera, pero lo curioso estaba entre las manos—Me detuve porque me encontré esto. ¡Mira! ¿No es mona?

Levanta con orgullo un pequeño gato de pelaje negro con algunas manchas blancas, unos ojos verdes como los de su ahora dueño.

—Pero no es un chango, es un gato. Estás bien tonto—no desaprovechó la oportunidad para burlarse del español quien enseguida refunfuño molesto

—¡Serás tonto, me refiero a que es muy bonita! Es hembra y se llama Raspy

—Bonito nombre—la gata mira a Quackity intrigada, asintiendo con la cabeza casi imperceptible —Bueno, vámonos que me estoy muriendo

Ambos caminaron alguna parte de la ciudad, posiblemente al espacio más fresco. Un Oxxo, era la opción más viable, entablaron una conversación sintiendo una brisa fresca de vez en cuando; su plática trivial se quedó en silencio por un momento.

—Sabes. La verdad es que odio el verano—murmura Rubius observando el cielo azul, acariciando al felino en sus brazos. Raspy tenía una mirada penetrante dirigida a su dueño, daba miedo

—¿Por qué? —pregunta el menos olvidando la actitud curiosa de la gata

—No sé, simplemente me molesta que no puedas disfrutar nada, además que sudamos mucho y tenemos que bañarnos más seguidos—unos microsegundos después ambos estallaron en risas por el comentario del mayor

—Estás bien pendejo—dice limpiando lagrimitas de sus ojos y agarrando su estómago adolorido de tanto reír

—¡Raspy!

Rubckity Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora