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Siento todo mi cuerpo temblar

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Siento todo mi cuerpo temblar. Desde el primer momento en el que oí un gran chillo semejante a un grito de guerra retumbando por toda la cúpula hasta que la tengo enfrente.

Tiene el cabello negro como la noche, recogido en dos trenzas de raíz cayendo por toda su espalda, una cara de muy pocos amigos, y una vestimenta negra con unos guantes sin dedos. Su top negro sin mangas dejaba ver sus musculosos y fuertes brazos, dándome más miedo todavía.

Sobretodo por el hecho de que tenía una mirada que llamaba peligro a los cuatro vientos.

En el momento en el que la tuve enfrente pude empatizar con las presas de los feroces leones en sus momentos de caza.

─ ¿Es que no hablas o qué mierdas te pasa? ─ Chasqueó la lengua con un notorio ceño fruncido en su rostro. ─ No tengo el tiempo para aguantar a inútiles.

─ Pero-

─ ¡Ni se te ocurra responderme, maldita sea! ─ Gritó, poniéndome más en alerta todavía al amenazarme con su dedo. ─ ¡¿Llegas tarde y encima me respondes?! ¿Pero tú de dónde mierdas has salido?

─ Seulgi. ─ Llamó Minho a modo de reproche. Su firme tono al dirigirse a su compañera pudo instaurar en mi tenso organismo algo de tranquilidad.

Pero no la suficiente.

─ Cuando me dijiste que ibas a traer a una nueva recluta, no pensé que me traerías... ─ Hizo una pausa mirándome de arriba abajo con desprecio mientras movía su mano de arriba abajo. ─ ... a esto.

Muchas gracias.

¿Es así siempre o solo el primer día para meter miedo?

Probablemente lo descubriré mañana.

Además ¿A quién se refería con esto? Puedo no ser un Cático, pero no soy un mueble.

─ ¿Y qué esperas de alguien que no ha entrenado para la milicia en su vida? ─ Le cuestionó Minho cansado cruzándose de brazos. Seulgi rodó los ojos y se cruzó también de brazos, imitando su pose, pero a diferencia del chico, la suya desprendía un aire amenazador. ─ La reina le tiene aprecio, así que más te vale tratarla bien.

𝐍𝐎𝐄𝐀𝐒𝐘 | Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora