Capítulo 1

20 7 0
                                    


⁰¹ “Un casi homicidio."

Según la enorme pantalla que colgaba en lo alto de una de las paredes, faltaban menos de 15 minutos para que el tren de la noche partiera rumbo a Londres.
En ese tiempo, me senté en una banca vacía y lo invertí en observar el gentío presuroso a mi alrededor, todos iban de un lado a otro, por lo que no me preocupé por si conectaba miradas con alguien.
          
Era un tipo de hobby que había tenido siempre, me fascinaba la forma en la que la gente actuaba cuando los observabas desde ojos ajenos.

Metros y metros de estación repletos de familias, parejas, dúos, grupos hasta personas solitarias como yo, y probablemente el único dato que todos compartíamos era que nos dirigíamos a un destino diferente al actual.

Un futuro que no nos recordara todo el tiempo nuestro pasado.

O todo lo contrario, un futuro que nos llevara de vuelto a nuestro pasado.

En mi caso, volvía al sitio que una vez fue el hogar que compartía con mi padre, madre y mi hermano menor.

Una sonrisa triste tiró de mis comisuras con el recuerdo de mi hermanito de tres años. Actualmente, George tendría doce años ya.

Agité mi cabeza para apartar esos pensamientos.

Esta mudanza era justamente para eso, para superar de una vez por todas los fantasmas de mi pasado.

A mí me seguía pareciendo masoquista volver al lugar de donde había huido hacía tanto, claro, por el mismo motivo: la muerte de mi familia.

En primera instancia, abandoné la capital porque era una niña huérfana y no tenía quien cuidara de mí, y ahora volvía a Londres porque necesitaba un futuro y superar.

Una oleada de negación vino a mí al pensar así, y me hizo querer dejar esta idea loca de volver a Londres y regresar con mi tía. Vivir como si nada hubiera pasado.

“Se trata de aprender a vivir con ello, no de olvidarlo", las palabras de mi terapeuta Nina se repitieron en mi mente, como había pasado otras miles de veces en las que me había replanteado esta decisión.

Según ella, vivir con mis pensamientos era una parte fundamental para superar el trauma, e ir a mi ciudad natal era el último paso. Y aunque una parte cobarde de mi ser me dijera que no hacía lo correcto, profundamente sabía que ella tenía razón.

Después de todo, este viaje prometía.

Tendría a mi primo Christopher allí para apoyarme, que era como un hermano mayor, un trabajo de medio tiempo donde reactivaría mi vida social para distraerme y un futuro lleno de oportunidades en la ciudad capital.

La otra opción era quedarse estancado en el pasado, con un futuro de mierda atestado de culpas y pensamientos autodestructivos.

Y no estaba dispuesta a continuar así.

El llamado de mi tren me trajo de vuelta a la realidad.

Me levanté de la banca y caminé en dirección a mi transporte, aferrándome fuertemente a mi equipaje.

Londres, allá vamos.

(...)

Un dolor punzante en el costado derecho de mi cabeza me despertó.

—Maldita ventana del demonio —siseé.

Para mi suerte, mi cabezazo pasó inadvertido. Me había sentado en un vagón con escasa cantidad de pasajeros, y los que habían estaban unos cuantos asientos adelante.

Recosté mi cabeza en el respaldo del asiento, recibiendo la protesta de mi cuello. Aunque quisiera no podría conciliar el sueño. Esta era la segunda vez que despertaba por culpa de un cabeceo contra la ventanilla.

Inevitable Colisión [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora