Capítulo 15- Sombras del Olimpo

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—Do you want to know what I have become? God Killer should be appropriate.

Todos los derechos de Autor de Percy Jackson y la Novela Web Beginning after the end son derecho de sus propios creadores, Rick Riordan y TurtleMe. Este Fanfic no es mas que una adaptación de ambas historias y no intenta verse como lo contrario.

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[Punto de Vista: Afrodita Urania]

A orillas del pequeño arroyo que serpenteba fuera de la majestuosa Ciudadela del Olimpo, las burbujas de alegría danzaban con efervescencia. La fortuna parecía sonreír, una suerte que, al observar detenidamente, atribuí al arroyo que fluía entre las robustas rocas, entonando su diminuta sinfonía burbujeante. Este arroyo, tan simple en su existencia, mantenía su esencia inalterada, ajeno a la intervención divina que pudiera romper su encanto.

En mi introspección, reconocí mi falta de similitud con este arroyo. Carecía de la pureza natural que él emanaba. En mis travesías lejos de Pers... Grey, cada visión de este sereno riachuelo me recordaba a él. Recordaba sus labios salados y el distintivo aroma a mar que lo envolvía, fresco y puro como un eco de la inmensidad del océano.

Sin embargo, mis pensamientos se deslizaron hacia la imagen más reciente de Perseus, un rostro marcado por el cansancio y la desesperanza. Cada mirada triste y compasiva que compartía con otros durante sus recurrentes apariciones en el Olimpo revelaba una transformación dolorosa. Aunque en su victoria al recuperar el rayo maestro de Zeus irradiaba una energía renovada, al rescatar a Artemisa, sus ojos carecían del brillo que una vez les caracterizó. Se había convertido en una sombra de sí mismo, una figura que fácilmente podría confundirse con un vástago de Hades.

La luz que antes emanaba de él se extinguía gradualmente, alcanzando su punto más bajo cuando se vio obligado a enfrentar los desafíos del Laberinto de Dédalo. Esta búsqueda, entre tantas otras, actuó como un martillo que quebró su corazón. Aunque todos en nuestras filas experimentaron pérdidas propias, ninguna se asemejaba a la pérdida de Perseus Jackson. Aunque vivía físicamente, su presencia se manifestaba como un fantasma, una entidad sin emociones que ni siquiera Di Angelo podía evocar con su magia. Se movía por obligación, pensaba para sobrevivir.

Antaño, sonreíamos con facilidad cuando el gran Perseus Jackson defendía el Olimpo con su valentía. Ahora, muchos entre nosotros empezábamos a notar su ausencia, comprendiendo la magnitud de la luz que se desvanecía, dejando tras de sí la sombra de un héroe quebrantado.

Resultó ser una situación peculiar. En medio de las muertes divinas que capturaban la atención de todos, la desaparición de Percy parecía eclipsada. No debería haberme sorprendido, considerando la predilección general por Noah, el General, Asesino y héroe, mientras Perseus quedaba relegado a su sombra eterna. Era la mano derecha dominante de Monstruos, pero en mi corazón, era Percy el mortal, Percy el semidiós, Percy, el hombre que no anhelaba la vida.

A medida que los días se deslizaban sin noticias, mi esperanza se desvanecía gradualmente. Sobrevivir en el Tártaro era una hazaña monumental, pero emerger de ese abismo era una empresa completamente diferente. ¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que Percy y yo intercambiamos palabras? ¿Días, semanas, décadas? En el relativo tiempo del Tártaro, podían ser meros minutos o una eternidad. La incertidumbre se apoderaba de mí, alimentando la ansiedad que crecía con cada día de silencio de Perseus.

En un arrebato de frustración, lancé la piedra que sostenía con violencia hacia la superficie del arroyo, observando cómo las ondulaciones se expandían de manera satisfactoria. Mi compañera constante, la paloma, símbolo que me representaba, se alejó con pesadez hacia un rincón suave y musgoso, donde buscó su pequeña porción de alimento. Por un instante, levantó la cabeza para clavar en mí sus ojos orbitantes, la mancha oscura que constituía su ojo dándole una expresión perpetuamente malhumorada.

[Percy Jackson] El Jinete de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora