→ 03: recorrido.

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La muchacha despertó cuando escuchó golpes en la puerta de su dormitorio y se removió entre las sábanas.

Recordó la noche anterior y lo mucho que se había divertido con sus compañeros (especialmente con uno de ellos).

Price la había acompañado a su dormitorio para ir a dormir y se había despedido sacudiendo sus cabellos, con una de sus hermosas sonrisas dibujada en sus labios.

Volvió a escuchar los golpes y se levantó, caminando a la puerta con rapidez mientras se acomodaba su pijama.

La abrió, asomando sus ojos para ver de quién se trataba.

— Oh, hola, Price. — dijo con una sonrisa. — Buen día, ¿qué necesitas?

— Hola, buen día. Bueno... Son las diez de la mañana y anoche me dijiste que pase a buscarte a esta hora para el recorrido.

Ella abrió sus ojos como platos.

— ¡Ay, mierda, lo siento! ¡Me dormí! — chilló y el hombre rió.

— Tranquila, no hay ningún problema. Podemos hacerlo en la tarde.

— No, no. No quiero hacerte perder más tiempo. ¿Me esperas? Voy a cambiarme y-y lo hacemos rápido, ¿si?

— Está bien. — dijo divertido. — Me gusta tu... Esa cosa. — murmuró con una corta risa, señalando la cabeza de la muchacha.

Ella la palpó, sintiendo que tenía puesta aquella vincha con orejas de conejito que utilizaba para sostener su cabello al hacerse su skin care.

— ¡Ay! ¡Que vergüenza, John! — chilló entre risas, cerrando la puerta.

Pudo escuchar las risas del hombre del otro lado también mientras comenzaba a cambiarse.

Se puso su uniforme con rapidez y fue al baño a alistarse, quitándose aquellas orejas que habían hecho reír a Price para acomodar su cabello.

Salió y se encontró con Price otra vez contra la pared, que sonrió al verla.

— ¿Lista, conejita? — preguntó pero su sonrisa se borró. — Mierda, eso sonó horrible. Olvídalo.

La chica carcajeó, colgándose de su brazo mientras reía, lo que lo hizo sentir un poco mejor ante el mal chiste que había hecho.

A veces era un poco suelto con sus palabras.

— S-Si. — logro decir entre risas. — Estoy lista, John.

— Bien. Vamos. — murmuró intentando dejar de reír y comenzó a caminar.

— Como ya habrás visto, todos estos pasillos son para dormitorios. Aquí solo hay Sargentos, Tenientes, Capitanes, Coroneles y soldados especializados, como tú. Para los soldados de bajo rango hay dormitorios comunes por aquel lado. — murmuró, señalando por una ventana. La mujer vio dos edificios de solo un piso aparte.

— Vaya, que lejos. Me alegra no haber estado ahí. — dijo y él asintió.

— Es un lugar muy frío, además.

Continuaron caminando hasta llegar al comedor, dónde Price le indicó todo lo importante que debía saber, para continuar con el recorrido por la base.

Luego de bastante tiempo recorriendo todo el terreno, Price miró su reloj.

— Bien... Creo que eso es todo lo que debes saber. Son las doce del mediodía, lo siento, te hice perder mucho tiempo. — habló apenado y ella negó divertida.

— ¡Claro que no! Me gusta mucho tu compañía. Además la base es enorme, me sorprende que hayamos terminado en tan poco tiempo.

Él asintió apenado. — También me gusta tu compañía...

Only You | John PriceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora