→ 05: salida.

8.3K 788 688
                                    

Había pasado mucho tiempo desde que no pensaba tanto tiempo en que podía ponerse.

Se había probado seis outfits distintos y seguía sin saber que usar, pero cuando la puerta fue golpeada no tuvo más opción que salir.

— Buenas tardes, John.

— Buenas tardes, ______. Te... Uhm, Te ves linda. — murmuró y ella sonrió.

— Gracias, Johnny. Tu también te ves muy bien. Permíteme. — murmuró, acercándose a él para colocar sus manos sobre sus hombros, acomodando el cuello de la su camisa que se había doblado un poco.

Entonces levantó su mirada, conectando con los bonitos ojos azules del hombre. Ambos se miraron y Price tragó grueso al tener a la mujer tan cerca.

Podía ver todos sus detalles, y el hecho de que sus manos habían bajado lentamente de sus hombros hasta su pecho lo ponían todavía más nervioso.

— Gracias... ¿Vamos? — murmuró por fin, alejándose un poco.

Pero esta vez la lejanía del hombre no hizo sentir mal a la mujer, ya que había logrado sentir como el corazón del hombre se aceleraba ante su cercanía.

— Claro, vamos, Johnny. — dijo demasiado feliz, siguiéndolo como un cachorrito.

— Iremos en mí auto. En la ciudad hay una tienda que vende mucha ropa de invierno. Podemos ir a esa si gustas.

— Iremos a dónde tu quieras, John, confío en ti. — murmuró sonriente.

Cuando llegaron a la Nissan Qashqai de Price él abrió la puerta del copiloto para ella, invitadnola a subir.
Luego de cerrar la puerta rodeó la camioneta y subió al lado del piloto.

— Hoy es un día precioso, ¿verdad? — murmuró ella y el asintió.

— Si, es un día hermoso.

— Pensé que, ya que vamos a la ciudad, podríamos tomar el té. — murmuró tímida y el se giró, mirándola algo asombrado. — ¿Así se dice? En Estados Unidos no se suele decir eso. Es decir, merendar... Si quieres... E-Es una invitación..

Él sonrió. — Sí, me gustaría...

La muchacha sonrió, sin desconctar sus miradas. Por primera vez él no estaba desviando la mirada, sino que permanecía fija en ella.

Sus mejillas enrojecieron.

Un silencio los rodeaba mientras se miraban, pero la situación no era para nada incómoda.

Pero otra vez él era el primero en romper el contacto, desviando lentamente la mirada.

Encendió el auto.

— ¿Necesitas que encienda el aire acondicionado?

— No... ¿Por qué? — preguntó y él acomodó un poco su garganta.

— Bueno... Tus mejillas enrojecieron, y pensé que tenías calor.

Ella sonrió, mordiendo su labio. Sabía que se estaba haciendo el desentendido.

— No es por el calor. — dijo divertida, cruzándose de brazos. — Es normal que pase cuando unos ojos tan bonitos me miran por tanto tiempo.

Lo había dicho.

Era el primer coqueteo explícito que le decía.

Price guardó silencio y ella entristeció un poco.

— ¿Puedo encender la radio? — susurró y él asintió.

Ambos dirigieron sus manos a la radio del auto al mismo tiempo y sus manos rozaron.

Only You | John PriceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora