IV.Nido, Condor uno y Agilucho.

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Still With You

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Still With You

"¿Cuándo será el día en que te vuelva a ver? Te miraré a los ojos y te dire que te extrañé."



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—¿Qué esta pasando?—Leon preguntó levantándose del suelo lejos del cadaver, Jason pudo escuchar el temblor casi imperceptible de su voz, quiso por unos segundo estirar su mano y colocarla sobre la del otro hombre, dejar un apretón en su mano(que significaba "estamos bien") pero no fue capaz, temía ser rechazado y también tenían una misión que les dejaba la vida de un civil sobre sus manos, no podía detenerse.

—Sigamos.—murmuró alejándose, su agarre sobre su linterna se apretó, no debía hacer caso a sus tontos impulsos, ya no era un adolescente que se dejaba llevar olvidando sus responsabilidades, ahora era un adulto se dijo a si mismo, repitiendo eso para no ceder.

—¿Qué fue eso?

—Creo...parecían pasos.—dijo Jason apuntando hacia arriba y tratando de escuchar mejor, estaba seguro de que eran pasos.

A paso lento se acercaron a la escalera de donde vinieron, el sonido se hacia más fuerte a medida que se acercaban y pronto encontraron la fuente, el señor que habían visto antes y los ataco bajaba por las escaleras...

Jason respiró esa mierda se parecía y actuaba a las otras cosas que vio en Raccoon, solo que parecían levemente diferentes, apuntó decidido con su arma y a la par de Leon disparó.

—Esto va de mal en peor.

Jason asintió a lo dicho por el rubio, este tenía razón recién llegaban y ya encontraron una complicación, pensó que tal vez se encuentren con más de esas cosas en su busqueda, esperaba sinceramente que no.

No miraron mucho al cadáver cuando subieron decididos a salir.

《nuestros pasos hacen mucho ruido》pensó Jason tratando de que estos no se escuchen.

Al llegar arriba Leon agarró la muñeca de su compañero escondiendolos a ambos detrás de una pared, había gente entrando.
Ambos compartieron una mirada, no sabían si estos intentarían atacarlos como el anterior.
Siguieron entrando esta vez por una puerta que todavía no habían revisado, unas escaleras los esperaba a ambos nada vez atravesar la habitación.

—Dejame revisar si hay algo que nos pueda servir.—murmuró Jason por lo bajo.—Deberías hacer lo mismo.

Leon asintió y juntos buscaron, Jason abrió un cajón y silbo con alegría, había encontrado una hierba verde, eso los ayudaría. Al ver que no había nada más subieron con cuidado sus dedos rozandose de vez en cuando.

El rubio abrió una puerta dejando pasar a Jason primero y cuando este entró la cerro con rapidez.

El primer vistazo al cuarto no era muy buen augurio, recortes de hojas, mapas, fotos, todo eso pegado en la pared. El pelinegro rozó sus dedos con las hojas, leyendo minuciosamente la información escrita, dejo de leer al escuchar a Leon contactar a Hunnigan.

—Nido, aca condor uno.—Jason podía escuchar la silla de la mujer moviéndose—La hija del presidente, Agilucho, está aca en el pueblo.

—Necesitamos que busques un lago. Creemos que puede estar por ahí.—habló esta vez Jason, mirando fijamente la x roja en el mapa pegado en la pared.

—Recibido. Veré que encuentro.

—Date prisa. Algo le pasa a los aldeanos.—habló mirando hacía Jason, viendo como la lengua del hombre se asomaba por el borde de sus labios concentrado en su recopilación de información, el corazón de Leon apretandose ante la vista, era tan lindo justo como lo recordaba, respiro y sacudió la cabeza volviendo a hablar.—Nuestros escoltas..

La puerta sonó varias veces sobresaltandolos, un hacha rompió la frágil madera de la puerta. Estaban en una mierda profunda.

Leon se despidió de Hunnigan tomando el brazo de Jason, juntos se movieron hacia la ventana sin apartar la mirada de los aldeanos.

—Perdón.—se disculpo Leon provocando que Jason lo mirase con confusión, pronto entendió a lo que se refería cuando lo tomo por la cintura e hizo fuerza para poder lanzarlos a ambos por la ventana.

《No me pidas perdón cuando yo debería perdirtelo.》suplicó Jason en sus adentros.

Su respuesta en cambio, fue diferente.

—Un aviso habría sido bueno.—gruño el pelinegro levantándose y sacudiendo sus sucias rodillas.

—Te pedí perdón.—lo señaló con un dedo el rubio.

Jason le dedicó una sonrisa sarcástica, internamente agradecido. Miró hacía arriba para poder ver a los aldeanos enojados, y aumentado dicha sonrisa sarcástica levantó los dos brazos cerró los puños y dejo solo sus dedos corazón arriba, 《jodanse》 decía su mirada.

—¿Enserio?—cuestionó divertido el rubio colocando sus manos encima de las suyas ocacionando que baje los brazos.

—¿Qué?—preguntó con fingida inocencia, Leon lo miró aún más divertido.—Si ellos hubieran tenido una sola oportunidad nos hubieran cortado en pedacitos, como si fuésemos una picada.—resopló indignado.

Leon negó con la cabeza soltando una baja risa, esta sonó profunda—Solo vámonos.—Jason volteó intentando ignorar el como su corazón se aceleró por solo el hecho de haber provocado que Leon se riera.

《Estupido corazón》pensó con amargura siguiendo los pasos del rubio, con cuidado subió su mano hasta su pecho, justo donde reside su corazón, y apretó por un segundo la tela.《Aprende a calmarte.》le ordenó con severidad, bajó la mano antes de que Leon pudiera darse cuenta y aceleró el paso hasta llegar a su lado.

—¿Estás bien?—preguntó el Parker en dirección a Leon sin poder evitarlo al ver como este tomaba su hombro y lo frotaba.

Leon lo miró por el rabillo del ojo y asintió.—Supongo que es solo un dolor fantasmal.

—Bien, dime si te sientes mal.—

Leon le dio una pequeña mirada y una breve sonrisa antes de mirar con seriedad hacía delante.

—Te lo diré, lo prometo.

—De acuerdo, ¿Estás listo para seguir? Porque tenemos que ir por aca.

—Sí, sigamos. El tiempo es oro y también lastimosamente escaso.

Frente a ellos había un puente que colgaba con cadenas, ojala que esa cosa no se caiga cuando uno pase.

Si eso pasa se sentiría como si verdaderamente un dinosaurio lo haya meado.


My safe place||Leon S. Kennedy||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora