i.Viejos amores

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I Hear a Symphony

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I Hear a Symphony


"Para mí, eres la más bella, se nota de lejos."


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Jason descansaba en su habitación soñando con pie's de manzana y whisky barato, nadaba y nadaba en la bebida hasta que todo empezó a sacudirse, y pronto un sonido horrible sonó.

Se quejó sosteniendo su cabeza entre sus manos, no queriendo nada más que el sonido se acabará.

El pelinegro salió disparado de la cama con la guardia en alto y la pistola en mano, los ojos azulados recorriendo el cuarto en busca del peligro. Relajó la postura suspirando al notar que era solo su celular, dejando el arma-una colt-en la cama colocando el seguro, arrastrando los pies de manera perezosa agarró el celular con la izquierda y con la derecha se la pasó por los ojos quitando las lagañas.

Apenas miro la pantalla cerro sus ojos por un segundo solo para abrirlos nuevamente y parpadeo varias veces para acostumbrarse.

"Necesitas venir, tienen una misión para ti".

Mordió su labio inferior con fuerza frustrado por la palabra "misión" en el mensaje, Dios, recién volvía de una y lo estaban enviando a otra. 
Tiró el celular a la cama, tenía que cambiarse si iba una misión. Echó la cabeza hacía atrás y contó

1..

2..

3..

4..

Estaba listo, agarró sus pantalones cargos, sus borcegos, su remera ajustada térmica y su campera de cuero marrón, no sacó más equipo sabiendo que eso se lo iban a proporcionar en cuanto llegara, lo único que agarro fue su fiel colt.

Tardó exactamente 25 minutos en llegar, abrió la puerta y le sonrió a la recepcionista por pura cortesía.

—Hola, Sarah.—saludó—¿Hunnigan está donde siempre?—preguntó apoyándose en el escritorio.

La rubio lo miró con una sonrisa amistosa.—Buenos días, señor Drake. Sí, Hunnigan está donde siempre, estaba esperándolo.—

El ojiazul asintió y emprendió camino, una vez frente a la puerta respiro hondo a la espera de lo que sea, colocó la mano en la manija y abrió, y por un segundo deseo no haberlo hecho, un recuerdo del pasado lo miraba con profundos ojos azules, ojos que años anteriores eran capaz de dejarlo sin aliento.
Mirando inexpresivo le envió un asentimiento en forma de saludo para luego mirar a la única chica en el lugar.

—¿Misión?—fue lo único que preguntó.

—Sí, estábamos esperando a que llegaras.—se levantó de la silla y extendió un expediente hacia ellos, Jason fue el que lo tomó chocando momentáneamente sus dedos con los de Leon ocasionando que ambos-sin saberlo-respirarán profundamente de forma silenciosa ante el contacto, recordando el como esos mismos dedos se habían paseado por el cuerpo del contrario hace tiempo.

My safe place||Leon S. Kennedy||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora