Relive || König (Call of Duty MWII)

Episodio 03 - La Primera Clave

ADVERTENCIA

Este capítulo contiene temas sobre violencia y abuso que puede perturbar a algunos lectores, se recomienda discreción.

Desde que Rozy fue libre de aquel infierno, tuvo que entender que su pasado tenía que en lo posible no perjudicarle en su presente y que, de toda aquella experiencia desagradable, lograra sacar algo bueno o un aprendizaje. Aunque por la gravedad de las situaciones que llego a vivir era imposible rescatar alguna enseñanza. Y no era la única que le costaba buscarlo, las demás mujeres con las que vivió y se crio también batallaban por encontrarlo. Aunque la mayoría de gente se los mencionara una y otra vez, ellos no pasaron por todo ese calvario, entonces ¿Qué era eso tan importante que tenían que buscar?

Rozalba fue la última chica en ser obligada a integrarse en aquel bar. Era la más pequeña de todas y la que ayudo a hacer caer el aterrador infierno que tanto ella como las otras chicas vivieron. Abandonada por sus padres y a su suerte con tan solo cinco años en un mercado comercial, Rozalba fue encontrada antes de cualquier autoridad por los hermanos Julio y Gustavo Martin Valle, dueños del bar "Tierra Libre". Sus tutores la habrían dejado tras no poderla mantener más puesto que eran de familia muy humilde; y los llantos y gritos de una pequeña Rozy después de perderlos de vista fue lo que guio a sus captores a ella.

Calmaron con éxito su tristeza y lograron convencerla de que la llevarían con sus padres si tan solo los seguía, sin embargo, su destino sería muy diferente a su casa. Rozy fue criada, cuidada y apenas alimentada por las mujeres más grandes que ella, a sus propias palabras "Ellos estaban lo bastante ocupados para alimentar la mercancía" y tan pronto como alcanzo los siete años, fue forzada a atender y servir a los clientes de la cantina, fuera el pedido que fuera, no importaba la gravedad; de lo contrario se expondría a un horrible castigo a manos de los Martin Valle de los cuales podría pasar de una ola de insultos y aventar objetos cercas de ella, dejarla sin comer, obligarla a dormir fuera de su cama o en el peor de los casos hasta golpearla con un palo de madera hasta que se cansaran o se rompiera. Las otras chicas llegaban a intervenir en aquellos arrebatos, pero esto podría empeorar las cosas y que perjudicara tanto a Rozalba como a la persona que se atreviera a intervenir.

Era un escenario desolador del cual nunca imagino vivir; de vez en cuando y por las noches lograba encontrar en sus memorias una vía de escape y paz ante tal infierno que se le imponía vivir, recordando los mágicos momentos de juego con sus juguetes, las horas frente al televisor y culminando en la ilusión de volver a reencontrarse con sus padres, quienes la esperaban con sus brazos abiertos y felices de estar juntos otra vez.

Esto era su única esperanza, la mano que le sostenía a no perder la fe, pero, así como la actitud amable, inocente y enérgica que le caracterizaba de niña, su convicción y su fe pronto comenzó a morir cuando cayó en cuenta que sus padres, su único escudo y sus héroes, no volverían por ella... Ni siquiera se molestaban en buscarla. Nadie cruzo nunca las puertas del local a rescatarla como lo soñaba ni tampoco nadie se preocupó por ella o noto su ausencia; se sintió olvidada por el mundo incluso del propio Dios y tan pronto como su chispa se apagó, creyó y se sintió que no era merecedora de amor y del cariño que se le debe dar a un niño, la mancha a la que nadie se molesta en observar.

A pesar de que las chicas del recinto intentaban cuidarla y protegerla del mayor mal posible, el daño ya estaba hecho y cada día Rozy se notaba más apática y desanimaba, no importándole menos lo que le llegara a pasar, todo lo que deseaba era no vivir más y descansar de aquel martirio; es probable que esto fuera la gota que derramara el vaso para todas ellas, en especial para Olivia, puesto que meses después a este cambio, fue que armaron el plan que llevaría a los hermanos a la perdición.