En la noche.
Tras haber sido atendido nuevamente por la hija de aquel pescador que les brindaba asilo, Jace estaba exhausto debido al dolor que le había causado que le colocasen cosas que no tenía idea de lo eran en las heridas.
Healena estaba ansiosa por las palabras de la chica "Aún falta lo peor, pero si soporta eso, seguramente no tardará en empezar a mejorar", así que la platinada deambulada de una habitación a la otra para asegurarse de que Jace siguiera respirando.
Las primeras horas de la noche fueron tranquilas, tanto que estuvo a punto de quedarse dormida junto a su hija, pero fue gracias a unos sollozos que lograron hacerla reaccionar y no dudo en ir a verlo nuevamente.
El castaño temblaba en la cama, cuando Healena se acercó lo suficiente se dio cuenta de que estaba bañado en sudor, seguramente por el dolor.
Aparentemente parecía que dormía debido a que tenía los ojos cerrados, pero comenzó a quejarse más fuerte y balbucear cosas.
Healena salió y regresó un minuto después llevando consigo un balde con agua.
Sumergió el pedazo de tela que había usado antes en el agua y luego se lo pasó en el rostro a Jace con cuidado para limpiarle el sudor.
—Padre, te extraño...—la platinada se sobresaltó al escucharlo hablar—Se que te prometí que cuidaría de ellas, pero es difícil hacerlo...—la voz de Jace se quebró.
—Jace...—trató de despertarlo Healena, pero no hubo respuesta por parte del chico, lo que la preocupaba—Jace, abre los ojos, es solo una pesadilla—.
—Ojalá siguieras cuidando de nosotros como cuando era un ni...—.
—Jace, despierta por favor— volvió a llamarlo, está vez tocó el hombro del castaño haciendo que este abriera los ojos y se quedara sorprendido al verla.
—¿Pero qué ha...—.
—Estabas teniendo una pesadilla, o soñando, no lo sé. Pero me preocupé, temí que no pudieras despertar—.
Algunas lágrimas seguían deslizándose por las mejillas del castaño, quiso limpiarselas el mismo, pero se había quedado inmóvil por el dolor.
—Tranquilo, yo lo hago—dijo Healena y se encargó de ayudarlo.
—Me duele cada hueso del cuerpo, ¿no se supone que la chica me ayudaría?—.
—Debe ser el efecto de alguno de sus remedios, dijo que tendrías que sufrir un poco más antes de mejorar— Jace suspiró y cerró los ojos con fuerza tras sentir una punzada de dolor en la pierna herida.
—Voy a morir esta noche... Lo de mi sueño, estaba alucinando con Si...—.
—...Tu padre— completó Healena.
—Hablaba con un hombre muerto—.
—Soñabas con él, es diferente. Aunque comprendo que hay sueños que se sienten demasiado reales—Jace no dijo nada al respecto, solamente se quedó observándola un par de segundos.
Healena pensó que quizá lo que había dicho había sido extraño, así que se alejó un poco de él.
—Vuelve a dormir, vendré a verte en un rato, volveré a despertarte si tienes pesadillas—.
—¡No!—se apresuró a decir Jace—Tengo miedo de que si vuelvo a dormir otro de mis familiares muertos aparecerá. ¿Y si no despierto?—.
—Yo estaré pendiente de que lo hagas—.
—¿Y si es tarde? No te vayas, por favor—La mirada suplicante de Jace no tardó mas de un par de segundos en tener efecto en Healena, quien terminó acomodándose en el pequeño espacio que Jace había dejado libre en la cama, y ahí se sentó para hacerle compañía al castaño—Gracias—.
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Entre fuego y sangre: El amor surge en lugares inesperados (Jacaerys/ Healena)
Fanfiction"Desde hoy hasta el último de mis días te prometo que no permitiré que jamás vuelvan a hacerte daño o hacerte sentir mal por ser tu misma" -Jace. **** Una miní historia sobre lo que sucedió entre Jace y Healena desde el momento en que este fue llev...