Cap. 11 Mierda 1/2

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El sol salía entre las pequeñas aperturas de un cielo nublado en la ciudad de Royal Woods, el indiscreto viento de otoño hacía bailar unas cuantas hojas por las calles, iniciaba todo un sábado normal para relajarse de la escuela y despertar tarde.

Casa Loud.

Una habitación, bueno, un cuarto de blancos tal vez sea pequeño, pero para mantener la paz y tener algo de privacidad es más que suficiente; ahí se encontraba nuestro peliblanco acostado con una pierna y una parte de su torso desnudo saliendo de sus cobijas, para Lincoln no era común dormir tanto, pero el agotamiento de los últimos días, no sólo físico, el estrés y todo lo que ha estado pensando puede agotar la mente muy rápido.

Un movimiento en su cama y peso extra en él lo despertó, sus ojos se entreabrieron para ver a Roy acostado sobre de su pecho.

–Hola amigo, buenos días– Sonrió aún adormilado.

Su mano acariciaba el lomo de su fiel compañero de forma cariñosa; al ver que su humano despertaba, sin perder tiempo Roy comenzó a lamerle la cara como un gesto de cariño.

–Guaff guaff [Hola viejo]– Ladró Roy.

Lincoln se sentó, dejando a Roy a un lado en la cama, estiró sus brazos soltando un pequeño quejido en el proceso, su cuerpo se preparaba para otro posiblemente agotador día.

–Al fin es sábado, Roy– Dijo mientras pasaba su mano por la nuca de su amigo el cual movía su cabeza buscando más afecto, Lincoln sonrió un poco al ver esto, pero su sonrisa se volvio un poco más apagada –Tengo que intentarlo hoy– pensó en voz alta mientras Roy lo ignoraba por las caricias.

Tock tock

–Lincoln?...– Aquella cantarina voz tras la puerta hizo que el albino se alegrara.

–Puedes pasar, Leni– Respondió Lincoln.

Por el marco entró aquella rubia de belleza natural mientras vestía un vestido de cuadros verdes aqua.

–Hola, Lincoln– Saludó un poco recatada.

A Lincoln le extraño su comportamiento, pero justo antes de que él hablara Roy se levantó y fue con Leni.

–Oh! Hola a tí también, Roy– Saludó Leni a el can con una sonrisa.

–¿Qué sucede, Leni?– Preguntó Lincoln levantándose.

–Bueno, yo sólo...–.

Leni paró de hablar al caer en cuenta de la ropa de Lincoln, su mirada buscaba el piso nerviosa por ver a su hermano sin camisa; con el pasar de los años un poco de la inocencia de la chica se había ido, hoy en día era demasiado para ella ver a un chico así, aunque la rubia ha tenido uno o dos novios a través de estos años nunca pasó de sólo un par de besos, claro, los tipos querían más, pero Leni en esos momentos los alejaba al recordar lo que su hermana mayor le dijo una vez "si tu cara se siente que arde, es mejor parar" algo que la misma Lori nunca puso en práctica cuando se encontraba con Bobby en momentos íntimos.

–Nada Linky, sólo... quería saber si aún estabas en casa– Contestó apresurada.

–Y ¿por qué no estaría?– Interrogó Lincoln.

Entonces la cara de Leni se apagó al igual que su mirada.

–Bueno... es que anoche te estuve esperando para hablar, no supe si de verdad te molestaste por lo que te dije de mamá, pero no llegabas y me asuste al pensar que podrías haberte ido... de nuevo– Respondió Leni con una voz bastante afligida.

–Leni, no tienes de qué preocuparte, sólo llegué tarde anoche, no pienso irme aún de aquí, créeme, nunca me iría sin decirte nada– Lincoln sonrió de forma reconfortante mientras acariciaba con cariño la mejilla de su hermana.

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