Cap. 2 Un cafe en carretera

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Eran como las 10 de la mañana, el cielo era gris por las nubes que dejaban caer un gota de vez en cuando, el clima era frío debido al viento que soplaba ligeramente por los alrededores, al lado de una larga carretera donde se miraba nada mas que maizales y llanos se podía ver una cafetería, el establecimiento era de color rojo con unos grandes ventanas de cristal en las paredes que dejaba ver por completo el edificio desde adentro hacia afuera y viceversa, en la entrada del local tenía unas puertas totalmente de cristal. En el interior de la cafetería era de color rojo y blanco tenía mesas por toda el lugar ya todas ocupadas por hombres muy robustos y fuertes, pero había alguien sentado en la barra que destacaba un poco por su cabello de color blanco, este vestía un chaqueta de cuero ya vieja de color café con forrado de borrega de un color café más claro, con unos pantalones de mezclilla azul ya un poco gastados y unas botas de trabajo de un café más bajo, en sus manos se podía ver una gran hamburguesa ya con unas cuantas mordidas en ella, el albino inclino la cabeza para poder darle una mordida mas a la hamburguesa entre sus manos, al morderla un poco de mostaza salía de un costado de la hamburguesa, al perecer se veía gustoso de comer dicho alimento, hasta que fue interrumpido por una mesera que lo llamaba.

Mesera: oye chico, quieres otra hamburguesa? (dijo un poco extrañada al verlo comer)

Lincoln solo levantando un poco la mirada para ver a la mesera. Esta era una mujer muy hermosa, se veía de unos 27 años aproximadamente, de estatura de unos 1,69m, tenía una piel morena y el cabello de un negro tal que la noche quedaría pálida a comparación del de ella; sujeto por una cola de caballo que le llegaba un poco por debajo de las paletas de la espalda, en sus orejas tenía unos aretes dorados pero en la parte superior de la oreja izquierda tenía un piercing de anillo dorado, la mesera vestía un uniforme tipo vestido de color azul cielo, este le llegaba a las rodillas, en su cintura tenía puesto un delantal blanco con olanes alrededor de éste, y en sus pies se podía ver unas zapatillas de piso de color negro.

Lincoln:(pasando el bocado que tenía en su boca) no gracias, (levantando el menú) pero me daría una orden grande de hot-dogs para llevar por favor.

Mesera: (mientras anotaba en su pequeña libreta) una orden grade.. hot-dogs.. llevar.. (decía entre dientes), genial, no me sorprendería si pidieras otra hamburguesa.

Lincoln un poco desconcertado, pero antes de decir algo la mesera hablo.

Mesera: ( volteando su cara para ver la ventanilla de la cocina) (gritando) LALO!! UNA ORDEN GRANDE DE HOT-DOGS PARA LLEVAR!!

Pero no hubo contestación, tampoco nadie salía a la ventanilla, esto solo hizo que la joven mesera se molestara y volviera a gritar.

Mesera: MALDICIÓN LALO!! UNA MALDITA ORDEN DE HOT-DOGS PARA LLEVAR!!!

Pero de la nada por la ventanilla se asoma un hombre algo gordo de piel gracienta, que solo se le alcanzaba a ver qué vestía una camisa blanca y un delantal negro algo manchado de aceite y harina, en su cabeza llevaba un pequeño sombrero de tipo taquero jaja :v pero de color blanco con una línea azul en horizontal a la mitad del gorro.

Lalo: (molesto) maldición mujer no tienes que gritarme todo el tiempo, te escuché desde la primera vez carajo!!.

Mesera: tal vez no gritaría así si alguien estuviera en su lugar de trabajo y no en vez de estar viendo a la personaje principal de una tonta telenovela!!.

Lalo: hey!!! (molesto) con María Alondra del Refugio de Montenegro no te metas escuchaste!! (Decía dignamente mientras agitaba una espátula con su mano derecha)

La mesera solo se limitó a voltear la cara devuelta para ver a Lincoln

Mesera- (suspirando) disculpa por eso cariño a veces (aumentando su tono de voz) ¡hay que gritar para que te escuchen aquí!.

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