capítulo 13 continuación

135 5 2
                                    

Sí, me la pasaba mucho de adolescente allá así que tengo idea de cómo estarán las cosas… Gracias. De verdad.

         -Mejor ve, antes de que te extrañe demasiado. 

         Ella corrió hacia él para darle un beso y salió con una gran sonrisa. En ese momento se dio cuenta que debía dejarla libre y que tomara sus propias decisiones. Era lo mejor que podría hacer por ella. 

         Un poco de trabajo acumulado y llamadas pendientes podían atenderse
después, o al menos así lo pensaba Luís. De hecho, así sería porque prepararía una sorpresa para Elena. 

         Su habitación era bastante amplia por lo que sentía que desperdiciaba el espacio. A pesar del gran televisor que había recién instalado, la cama y el clóset de madera con estilo moderno, sabía que faltaba algo para volverlo más personal. Así que se le ocurrió la idea de instalar dos ganchos para jugar como quería hacerlo. 

         Por suerte, aprovecharía la ausencia de Elena y tomaría el tiempo para hacerlo. No era gran cosa ya que en ocasiones anteriores había emprendido proyectos de gran envergadura y los había completo casi que en tiempo record. 

         Prácticamente al otro lado, Elena se bajaba del autobús para encontrarse con una vida completamente diferente. La ciudad era como un órgano lleno de vida por donde se mirase, era impresionante. 

         Sabía adónde debía dirigirse así que no se sentía tan desubicada. Sin embargo, se dio cuenta que extrañaba el estilo de vida agitado y ruidoso de un lugar así. Internamente se libraba una batalla particular ahora que estaba tranquila y sin los problemas de antes. 

         Ya no quería pensar más en el asunto así que se aventuró por las calles a ver qué podía encontrar. Avisos de meseras, ayudantes de cocina y hasta solicitando niñeras, se encontraban por todas partes. La hizo sentir optimista pues quizás podría empezar algo de medio tiempo y, quién sabe, dar luego con un mejor trabajo. Uno que le diera la posibilidad de rentas y luego… Bueno, hay que aprender a gatear antes de correr. 

         Pasó gran parte del día caminando de un lado para el otro hasta que sus pies no dieron más. Era momento de regresar. 

         Estaba casi todo listo. Se echó para atrás y estuvo conforme con el resultado final. Le gustaba porque, a primera vista, no interrumpía la estética minimalista que se había esforzado en tener y, por otro lado, también era un lindo accesorio que resaltaría el cuerpo desnudo de Elena. Parecía que lo estrenaría más rápido de lo que pensaba. 

         Limpió todo para luego darse una ducha. Al salir, se vistió y fue a servirse una cerveza cuando escuchó la puerta. Se sintió como niño emocionado cuando se percató que se trataba de Elena quien abría la puerta. 

         -¡Hola!

         Él fue hacia ella y se besaron por un largo rato. 

         -Te extrañé a horrores. ¿Cómo te fue?

         -Pues, mejor de lo que imaginé. Me postulé para varios trabajos así que será cuestión de esperar. ¿Y tú? ¿Qué tal tu día?

         -Mmm, tranquilo, haciendo algunas cosas por aquí y por allá. Nada del otro mundo. ¿Tienes hambre?

         -No, comí una tontería cuando me regresaba. Más bien quiero tomar un baño. 

         -Vale, entonces te espero

Parecía que Luís estaba de suerte así que no iba a desaprovechar la oportunidad del escenario que se le estaba presentando. 

         Apenas escuchó las gotas de agua de la ducha cuando fue hacia la habitación. Siendo sigiloso, extrajo las cuerdas, el fuete (para que quedara a la vista) y una mordaza de bola que había guardado especialmente para ella. Preparó todo y se sentó mientras caía el día. Guardó silencio con gran paciencia. De nuevo, jugaba a ser el depredador. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Suplicame EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora