Diario del Desgraciado

Hogar

Las luces hacen ruido en mi mirar,
El murmullo de las voces incrementa,
¿Que es este olor? Me trae recuerdos
Un hilo rojo que se escurre por debajo,
Alega que algo sucedio,
No fue nada... A nadie le importa...
Punza el dolor dentro de mi,
El filo sabe cómo trabajar.

¿Porque me siguen llamando?
¿Quien me busca ahora?...
¿Será Dios hablándome al oído?
A quien engaño... Jamás vendría por mi.
El reloj insensible sigue avanzando,
Murmullos, me llaman en murmullos...
Creo que se que es ese olor,
¿Huele al último pabellón?
Así que todo acaba así...

Y me arrastran lentamente,
Paso a paso... Me desplazan por el suelo.
Quién diría, me llevan al juicio sin cadenas...
No las necesitan, yo voy tranquilamente.
Que el veredicto sea justo.

Ya no hay luces...
No mas murmullos...
No más dolor...
No mas olores...
No más calor...
No mas color...
Aquí está mi nuevo hogar...
¿Quien toca la puerta?
Así que es usted, sé quién es...
Tendremos tiempo para conocernos... ¿No?
Al fin y al cabo ahora compartimos morada,
Seré su huésped un tiempo.