Capítulo 6 | Propuesta

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Hilary Russo

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Hilary Russo

Ya hoy es jueves, y habían pasado tres días desde que me había presentado en la oficina. Decidí no ir a la empresa el resto de la semana, ya que necesitaba acomodar todas las cosas de la mudanza junto con los muebles que me han estado llegando estos días. Quería tener todo listo cuanto antes. No soporto el desorden, y con Oli, me preocupa que se lastime con cosas regadas por el departamento. Prefiero dedicarme a organizar todo ahora y luego ponerme al día con la oficina.

Desde hace un par de meses, cuando estaba buscando un departamento y me apareció este de primero, quedé enamorada inmediatamente. Era un departamento muy grande para solo dos personas, pero lo primero que me encantó fue que tenía dos pisos. En la parte de abajo se encuentran una espaciosa sala de estar, la cocina con un diseño moderno y funcional, un medio baño y dos habitaciones. Una de ellas la usaré como oficina, y la otra será mi área de relajación, donde colocaré todas mis pinturas y caballetes. Necesito un lugar donde pueda estar lo suficientemente cómoda para inspirarme y crear nuevas obras.

En la segunda planta se encuentra la habitación principal y otras tres más. Una de ellas es la de Oli, decorada con colores alegres y llena de sus juguetes favoritos. Otra será el cuarto de juegos, ya que mi bebé tiene demasiados juguetes y así podrá tener su desorden en un solo lugar. La tercera la amueblaré como un cuarto para invitados, ya que sé con certeza que mi familia va a viajar aquí seguido para visitarnos. Además, por el momento me servirá para Enzo, que llega el sábado y se quedará conmigo mientras terminan su departamento. Él decidió mudarse a Brooklyn para ayudarme con la empresa aquí. Aunque, muy en el fondo, sé que lo hizo para no dejarnos a Oliver y a mí solos en una ciudad totalmente alejada de nuestra familia.

En ese momento, me encontraba sentada en lo que iba a ser mi estudio de arte, rodeada de un montón de cajas. La luz del sol entraba suavemente por la ventana, iluminando el polvo que flotaba en el aire y dándole al espacio un ambiente cálido y acogedor. Estaba revisando qué cosas servían y cuáles no, mientras Oli se encontraba en la sala viendo una de sus películas favoritas. Su risa ocasional llenaba la casa, haciéndome sonreír. De repente, una notificación en el celular me hizo mirar el reloj y darme cuenta de que ya casi era la hora de almorzar, así que tenía que decidir qué preparar.

Mientras me dirigía hacia la cocina, revisé el mensaje en mi celular y descubrí que era de mi mejor amigo. Él siempre sabe cuándo es el momento perfecto para escribir, y me alegró el día ver su nombre en la pantalla. Enzo y yo hemos sido amigos desde la universidad, y siempre ha estado ahí para mí, en las buenas y en las malas.

Enzo: Ya compré mi boleto de avión, ya no hay vuelta atrás. No te vas a poder alejar mucho de mí, la mia altra metà.

Yo: ¿Qué pecado estaré pagando...?

Enzo: Admite que ya me extrañas.

Yo: Para nada.

Enzo: Vamos, no lo niegues. Además, sé que el renacuajo también debe de extrañar a su tío favorito.

Lirios de mil coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora