Liam García
Durante el resto de la tarde, no pude dejar de pensar en lo que me dijo sobre su hijo. La agilidad y energía del niño realmente me tomaron por sorpresa. No esperaba que Hilary tuviera un hijo tan pequeño, y mucho menos de... ¿cuatro años? No, espera. El pastel de cumpleaños decía que estaba cumpliendo cinco años. ¿Eso significa que ella tuvo al niño poco después de que me fui?
La verdad es que no me imaginaba que la vida de Hilary hubiera cambiado tanto en mi ausencia. Claro está que ella tiene todo el derecho de rehacer su vida, pero que tuviera un hijo tan pronto después de nuestra separación me dejó sin palabras. Bueno, tampoco soy quién para juzgar. Al final, fui yo el idiota que la dejó con una simple carta.
Otra cosa que no podía sacarme de la cabeza era el hecho de que mi hermano ya la había visto, ¡hasta mis sobrinas habían jugado con ese niño! Y ni siquiera me lo habían mencionado. ¿Cómo podían ocultarme algo así? Hoy realmente fue un día agotador; demasiadas emociones y revelaciones en muy poco tiempo.
Cuando finalmente llegué a mi departamento, sentí una mezcla de alivio y ansiedad. Al abrir la puerta, lo primero que vi fue a Agatha, sentada en el sofá con un libro en sus manos. Alzó la vista y me sonrió, pero yo no sabía si me alegraba o no verla en ese momento. En estos momentos, me siento más confundido que nunca sobre nuestra relación, y ver a Hilary hoy solo intensificó esa confusión.
Me dejé caer en el sofá al lado de Agatha, dejando que el cansancio del día me envolviera. Agatha cerró su libro y se acercó más, tomando mi mano. Su contacto era cálido, familiar, pero mi mente seguía atrapada en el encuentro con Hilary y la sorpresa de su hijo.
—¿Todo bien? —preguntó Agatha, con una nota de preocupación en su voz.
—Sí, solo ha sido un día largo —respondí, tratando de sonreír, pero sabía que mi intento de ocultar mis verdaderos sentimientos era en vano.
Agatha frunció el ceño ligeramente, claramente no convencida por mi respuesta. —¿Estás seguro? Pareces distante, como si algo te estuviera molestando.
Suspiré, sabiendo que no podía seguir ocultando lo que sentía. —Es que... hoy vi a Hilary.
La expresión de Agatha cambió inmediatamente. Podía ver la sorpresa y la preocupación en sus ojos. —¿Hilary? ¿Qué pasó?
—Ella... tiene un hijo, Agatha. Un niño de cinco años.
Agatha se quedó en silencio por un momento, procesando la información. —¿Cinco años? Eso significa que... —su voz se apagó, comprendiendo lo que implicaba.
Asentí. —Sí, significa que ella tuvo al niño poco después de que me fui. Me dejó completamente descolocado.
Agatha apretó mi mano con más fuerza, pero esta vez su expresión se tornó un poco más fría. —Debe ser difícil para ti. ¿Cómo te sientes al respecto?
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Lirios de mil colores
RomanceUna joven madre deja su ciudad y familia atrás para poder seguir creciendo en su empresa, sin embargo, todavía no sabe todos los cambios que va a tener que enfrentar su pequeña familia de dos por el simple hecho de vivir en un nuevo lugar junto a su...