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Jimin suspiró cansando cuando vio aquella enorme puerta de roble claro, la cual había traspasado en varias ocasiones y jamás era un gusto para él hacerlo.

Ese día tenía junta con los reinos hermanos, para hablar un poco sobre los lazos que se han formado con el tiempo y las actas, a sí mismo, de las preocupaciones que se mantuvieran sobre aquellos reinos que no pertenecieran a ese grupo más.

Realmente esas reuniones no eran negativas, tenía una buena relación con los reyes que pertenecían al grupo, pero sabía que el tema de conversación principal sería el inconveniente que tuvo con el reino de Gwangju, algo de lo que prefería no hablar.

―Mi rey, es hora de entrar―habló Jung Hoseok, su chofer y un amigo personal, quien le miraba con una pequeña sonrisa comprensiva, ya que era sabedor de todo lo que había pasado en los últimos días.

Días, porque habían pasado tres días desde aquel acontecimiento, en el que Jimin había estado algo ocupado, como para poder mantenerse al lado de Yoongi y actualizarlo sobre todo lo que había pasado desde su desaparición.

Solo se veían por las noches, pero el alfa se encontraba dormido por los medicamentos nocturnos que debe consumir para recuperarse.

― ¿Puedo dar media vuelta e irme? Sinceramente lo último que quiero hacer es entrar a ese lugar―dijo con un pequeño puchero, acomodando las mangas de su camisa blanca, en acto de nerviosismo.

―Si por mí fuera dejaría que te fueras, mi rey. Pero como no es algo que entre en mis elecciones, pues te recomendaría que entraras, no creo que les haga mucha gracia el que no se presente.

Hoseok hablaba más formal de lo normal porque se encontraban algunos alfas de la tropa de Ulsan, en donde se había llevado a cabo la reunión.

Suspiró y cerró los ojos unos segundos, volviéndolos a abrir mientras colocaba ambas manos sobre las perillas de la puerta, abriendo las de par en par para poder entrar.

―Lamento mucho la tardanza―se disculpó mientras hacía una reverencia, los reyes de otros pueblos levantándose de sus asientos para devolverle la reverencia, como hacían con todos los reyes del grupo.

Jimin tomó la silla que se encontraba libre, tragándose sus nervios y manteniéndose sereno ante la situación, colocando sus mano sobre su regazo.

―No se preocupe, rey Park. Igualmente no habíamos comenzado―le sonrió el rey de Ulsan mientras se sentaba, haciendo que se sintiera más tranquilo.

―Bueno, sabemos que estas reuniones normalmente son para actualizarnos sobre los procesos de exportación entre nuestros reinos y los frutos que nuestra unión ha brindado a estos, pero en esta oportunidad me gustaría que conozcamos un poco más de la situación por la cual Busan pasó hace algunos días. Si les parece el tema que ofrezco.

Jimin suspiró con algo de cansancio, pero era algo que no podía evitar, ya que conocía que había sido algo público y que causó daños en su reino. No podía molestarse con el rey de Daegu, ya que tenían una buena relación. Sabía que su petición no había sido realizada con malicia, sino con real preocupación.

―Yo también estoy de acuerdo ¿Lo están los demás? ―accedió el rey de Ulsan, quien tenía el control de la reunión ese día, ya que se encontraban en su reino.

Todos asintieron ante sus palabras, mirando a Jimin con atención.

―Bueno, como ustedes conocen, recientemente el reino de Busan mantuvo una disputa con el reino de Gwangju. Uno en donde la muerte del príncipe de dicho reino fue entregada como muestra de la seriedad y compromiso ante la seguridad de mi reino.

Our Destiny *:・゚✧ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora