capítulo 1

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"Nuestro futuro estaba escrito en el cielo."
—Miley Cyrus





La ley del más fuerte.




Jimin revolvió su cabello mojado mientras dejaba caer sobre el suelo de la entrada su chaqueta empapada por la fuerte lluvia, en sus manos solo quedaba de la carta del juzgado un pedazo de papel arrugado y roto casi ilegible. Sus ojos captaron el reflejo azul del televisor del salón y maldijo en voz baja antes de iniciar su camino hacia la sala de estar del pequeño piso. Sobre el sillón su padre bebía una cerveza con la vista fija en el partido de béisbol que estaban emitiendo.

─Hei ─ dijo dejándose caer a sí mismo en el asiento, al lado de su progenitor con la sensación de incomodidad bañando hasta la última parte de su cuerpo. Jimin no odiaba a sus padres ni tampoco su humilde hogar pero detestaba la sensación de ser continuamente interrogado y juzgado cuando se encontraba con estos ─ ¿Soyeon todavía no ha llegado?

Su padre alzó la mirada casi incrédulo ante la tez tranquila que él se atrevía a mostrar, incluso si en realidad por dentro su mente era un torbellino de pensamientos no lo mostraría fácilmente. ¡Maldita sea! Solo había dejado caer su arte, quizás un poco explícito y radical para la anticuada mente coreana, sobre el edificio abandonado equivocado, no tenía la culpa de que el viejo Jung decidiese tomar acciones legales por una pintura situada en un lugar en el que ni tan siquiera funcionaba ya la fábrica de automóviles. Ese hombre ya no era dueño de nada de todas formas, todos sabían que el imperio de los Jung ahora caería directamente sobre las manos de los nietos del hombre. Todas las fábricas habían sido trasladadas hace meses, no quedaba nada salvo paredes, ratas y basura en aquel lugar. Incluso si seguían siendo los dueños legales, estos se preocupaban más por un grito de erotismo en forma de viñeta que de la humedad y grietas que amenazaban con hacer caer la estructura por completo.

─ No, tu hermana todavía no ha llegado. A diferencia de ti, ella ha decidido ayudar en casa encontrando un trabajo de medio tiempo para ayudarnos a pagar las facturas que tú pareces ignorar por completo. No olvides que sigues viviendo bajo mi techo Jimin, comiendo la comida que tu madre y yo pagamos y usando el agua o la luz que nuestros sueldos os proporcionan a ti y a tu hermana ─ Jimin jamás comprendería porque los padres se empeñaban en echarle todas esas cosas a sus hijos en cara, fueron ellos quien decidieron tenerlo y casa así como comida es lo que se supone que todos los padres intentan proporcionar a sus hijos. ¿Entonces qué sentido tenía echarle en cara todo aquello? ─ Esta es la última advertencia. Una de esas travesuras tuyas más y estarás fuera de casa por mucho que tu madre me suplique que te abra la puerta. No habrá marcha atrás maldito mocoso inútil.

─No fue mi culpa, creí que ese sitio estaba completamente abandonado. No es de extrañar que decidieran mover la fábrica, un mes más allí y el lugar se caería sobre los trabajadores. ¿Por qué nunca te pones de mi parte? Es solo una maldita viñeta…

Su padre posó con fuerza la cerveza sobre la mesa de la sala de estar demostrando que su paciencia estaba llegando a los límites.

─Me da exactamente igual Jimin. Mientras vivas en mi casa no te acercarás a un bote de spray de nuevo o te juro que yo mismo te arrastraré lejos de este hogar. Tienes diecinueve años, tu madre y yo nos hemos pasado toda la vida trabajando para daros de comer y un techo a ti y a Soyeon, hemos sufrido y luchado demasiado como para que ahora decidas que quieres tirarlo todo por la borda. No dejaré que te lleves nuestra salud o la de tu hermana en tu proceso de destrucción propia. Sabes dónde está la puerta si no te gustan mis normas, o cumples con lo que te pido o fuera. No es como si tu presencia fuese necesaria en esta casa tal y como están las cosas, solo causas problemas por mucho que me duela decirlo.

𓍯  𝗍һᥱ ᥣᥲᥕᥡᥱr. ᥲძᥲ⍴𝗍ᥲᥴі᥆́ᥒ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora