“Porque la nieve está a nuestros pies. Cuando los abrazos disminuyen, y los lirios han muerto, se reduce a nuestras lágrimas en una sábana.”
—Dermot KennedyYoongi dejó caer la frente contra las palmas de sus manos sintiendo las ganas de vomitar escalar hasta su garganta mientras las imágenes desordenadas y borrosas de la noche anterior se mantenían lejos de su mente. Solo encontraba resquicios de lo que había sucedido en su embriagada cabeza, recordaba haberle dicho a Hoseok que saldría con Tao aprovechando el hecho de que este estaba en Corea, también recordaba haber acudido al Limbus pero después de aquello las cosas se hacían más y más confusas.
Había pedido algo con sabor a sandía y en medio de la pista de baile los ojos brillantes de su cliente aparecían en alguna parte de su memoria, el frío de la noche y las calles mojadas. Ellos sentados sobre la acera de una carretera secundaria y… nada más, todo después de aquello era un completo agujero negro en el que Yoongi se estaba hundiendo más y más a cada segundo que pasaba.
─Hemos llegado ─ el taxista le hizo una seña y Yoongi asintió rebuscando en su cartera. No llevaba metálico a pesar de que recordaba haber apartado algunas monedas para la máquina de café del bufete de abogados que nunca gastaba si no era realmente necesario.
Con las manos temblorosas y los ojos repletos de un picor que amenazaba llanto, Yoongi extendió su preciada tarjeta. El dolor de cabeza picaba con más fuerza alrededor de sus sienes cada vez que trataba de recordar lo sucedido, él no era el tipo de persona que acudiría a buscar sexo en secreto a cambio de dinero. Saber de lo que Jimin le hablaba no había sido especialmente difícil pero sí confuso, era su primera vez en el Limbus y sencillamente la idea de aceptar pagarle a su cliente por una noche de fugaz de diversión no encajaba en su vida cuadriculada, incluso si la idea era atractiva… él tenía un sentido fuerte de lo correcto y lo incorrecto, pagarle a un chico desesperado no entraba en sus malditos planes.
Pero de nuevo, Yoongi no era alguien que soportase bien el alcohol y cuando bebía su personalidad podía retorcerse hasta convertirse en un reflejo de todo aquello que siempre quiso ser pero mantuvo atrapado bajo la presión de ser un hijo perfecto. Su sexualidad ya había lastimado lo suficiente a sus padres como para castigarlos también con una mala personalidad. No, él no era así. A veces podía ser impulsivo en situaciones de estrés emocional, sin embargo siempre trataba de mantener sus impulsos a raya.
La sensación de ansiedad aumentó cuando la imponente mansión de los Jung apareció ante sus ojos, necesitaba disculparse con Hoseok y contarle lo que sea que recordaba de esa noche pasada. Las escaleras lo recibieron con un castigo, sus zapatos de diseño resbalaron haciéndolo golpearse de nuevo con fuerza una rodilla que esa mañana ya le dolía de por sí. Tras un suspiro Yoongi avanzó con la sensación de que no merecía ningún tipo de misericordia, la persona a la que había amado desde su adolescencia lo esperaba con un paraguas y ojos preocupados en la mitad de las escaleras. Por supuesto, él no descansaba, su novio estaba esforzándose por aprender acerca del negocio familiar y los domingos no era un día de descanso para este.
─Yoongi ─ Hoseok se acercó rápidamente y colocó el paraguas tratando de acogerlo. Sin embargo la lluvia fría era lo único que se sentía bien en la cabeza dolorosa del abogado, y este no pudo evitar pensar en que el que su novio lo acogiera tratando de aportarle calor se sentía en realidad más como una jaula de barrotes de goma espuma. Era una jaula blanda pero seguía atrapandolo ─ Te ves realmente mal, me he pasado la noche preocupado. Vamos adentro, deberías tomar una ducha antes de que te enfermes.
Yoongi quería llorar, era todo lo que necesitaba… pero como hacía a menudo, se obligó a mantenerse fuerte. No, no podía llorar por algo así incluso cuando el miedo ya estaba adueñándose de cada parte de su ser nuevamente.
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𓍯 𝗍һᥱ ᥣᥲᥕᥡᥱr. ᥲძᥲ⍴𝗍ᥲᥴі᥆́ᥒ.
Fanfic:¨ ·.· ¨: '· . ꔫ ᥲძᥲ⍴𝗍. Ꭻꪱׁׁׁׅׅׅꩇׁׅ֪݊ ׅ꯱υׁׅ ❝ Min Yoongi lo tenía prácticamente todo, al menos eso era lo que él sentía. Con un novio perfecto, un apartamento perfecto, un perro perfecto, un cabello perfecto y unas notas perfectas... Estaba...