Carta Uno

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Mi amada Diana:

Hola mi preciosa, no sé cómo tuve las fuerzas para levantarme de la cama, pero ayer en una de mis noches de insomnio busque la caja en dónde guardo cada cosa que considero importante conservar.

Recuerdos a los que me aferró día con día, como el recetario que hizo mi madre. Y tus cartas forman parte de esa caja especial. Esas perfectas cartas y no sabes lo difícil que fue para mí leerlas de nuevo. Admiré los hermosos detalles, esa increíble manera de decorarlas, poner un beso, una pequeña flor, o un corazón.

Ambos nos escribíamos, y pensé en hacerlo de nuevo, sin importar que estás jamás lleguen a ti. Te amo, y me duele demasiado... Me duele que ya no estés.

Tuyo Nicolás.

Adiós mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora