Capítulo 2

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-Buenos días Leah, te estaba esperando.-

Mi padre el Rey Charles tercero, siempre tan imponente, se encontraba aguardando por mi sentado.

El siempre ha sido una persona impasible bastante estricto, aunque  en pocas situaciones lo eh escuchado levantar la voz, cuando una injusticia se comete el es de mano dura pero justo, en el reino siempre se respeta sus reglas, las cuales me he esforzado por conocer al pie de a letra.

-Buenos días padre, ¿Como se encuentra el reino esta mañana?.-Tome asiento, mi silla se encontraba al extremo medio de la mesa tan enorme,  mi hermana menor se sentaba recurrentemente a mi lado, y mi hermano del medio en el extremo contrario a nosotras, como se imaginaran mis padres se sientan cada uno en un extremo.

-Se encuentran de maravilla.-

-Me alegro, me quede preocupada con el problema de la cosecha que nos comentaron hace una semana-agarre la taza de té que ya aguardaba por mi. -Ahora solo debo preocuparme por la coronación, me sorprende mucho que hoy no soliciten mi asistencia a ningún evento publico o clase con respecto a ese evento, supongo que me querrán dejar descansar despues de las siete horas diarias de clases y eventos públicos, a los que he asistido desde hace cinco años, hoy tal vez pinte  o logre acabar un libro recreativo que me regalo mi institutriz, estoy muy emocionada por mi día libre.- hablé tan rápido que no noté que mi padre ya iba a la mitad de su comida.

-Hija tengo un asunto bastante delicado sobre la coronación que platicar contigo.- Su semblante se volvió serio y la tensión de la habitación crecía a cada instante.

-¿Todo bien?, ¿Ocupo más clases?, ¿Mi vestido esta retrasado?, si es sobre el vestido no te preocupes puedo aprender a coser y ayudar a las modistas, no me molesta.-

-No es sobre el vestido, una  hija mía tiene prohibido trabajar con modistas, es una falta de respeto hacia tu familia, no eres una plebeya o una criada debes respetar tu lugar .-

-Lo lamento su Alteza, no volveré a pensar ideas sin sentido, ruego su perdón y anhelo su amabilidad en este aspecto, tienes mi palabra de que no volverá a pasar.-

Sinceramente no me considero inútil, admiro a cada uno de los trabajadores del reino, cuando sea reina intentare disminuir la infravaloración hacia ellos, pero por el momento debo aguantar los prejuicios de mi padre.

-Tu disculpa es bien aceptada, sigamos hablando.-

-¿Cuál es el problema con mi coronación?.-

Mi padre suspiro y bajo los hombros, tomo una postura de disculpa, una no muy usual en el, y eso me altero.

-Hija, primero que nada deseo decirte que lo lamento, no ha sido la intención del parlamento ni mía.-

-Padre, me estas asustando, por favor habla con franqueza.-

-Me parece bien, en un mes cumplirás 21 así que eres una adulta capaz de soportar noticias difíciles.- el suspiro de nuevo, mientras que yo no podía dejar de jugar con mis dedos para no mostrarme alterada.

-Gracias por considerarme una adulta pero seria de gran ayuda para mis nervios, el hecho de que completaras tus oraciones con una explicación de problema.-

-Habrá un gran cambio en la coronación, lamento ser yo quién te lo informe.- 

-¿Cual cambio?.-

-El cambio serás tu hija, ya no asumirás el trono.-

-¿Que carajo?- todos a nuestro alrededor, tanto como los sirvientes hasta mi padre.-

-Leah, te advierto que no acepto ese tipo de lenguaje en este castillo, ¿Quién se ha atrevido a enseñarte ese vulgar vocabulario?, hare que lo manden a la horca.-

-Yo te advierto a ti que si no me das una explicación en este mismo instante tu juro que me voy del castillo y no me vuelves a ver en tu vida.- Estaba levantando la voz mas  de lo que pretendía, pero en este momento estaba exasperada.

-El parlamento no cree que seas apta para asumir el trono.-

-¿Que no soy digna?.- ahora si estaba gritando.- Llevo preparándome para asumir el trono desde que cumplí 16 años, y antes de eso siempre me  esmere por ser la princesa que no causa problemas, y que siempre obedece, así que dime padre, ¿Bajo que maldito criterio decidieron que soy incapaz?.-

-Hija, por favor no insistas, sabes que no es bien recibido el delatar las razones que llevaron al parlamento a tomar las decisiones importantes.-

-Ya no me importa lo que es debido  y lo que no, por que ustedes son los que han decidido quitarme, así que padre si deseas que no te deteste más de lo que lo estoy haciendo ahora te imploro que me digas la razón.-

Mi padre hizo un gesto con la mano hacia los sirvientes para que se pudieran retirar, afortunadamente ellos acataron rápido la orden y salieron de prisa.

-El Parlamento no cree que seas digna por tu género, creen que una mujer no podrá con la presión sin un hombre al lado.-

-En nombre de todo lo sensato, podrían dejar sus pensamientos retrógrados e intentar analizar mis futuras acciones según mis antiguas y acertadas decisiones que han ayudado a mejorar este reino, ¿Cuántas veces mis emociones y la presión que la corona conlleva han afectado mis acciones?.-

-Tu reacción en este momento me lleva a pensar que tal vez tomaron la decisión correcta, reitero Leah, hubieras sido una excelente reina, ¿Algún otro cuestionamiento, antes de que me retire?.- No sabía como interpretar su mirada, era como una suplica junto con una disculpa que jamás fue pronunciada.

-Mencionaste que el cambio seria yo, eso significa que otra persona asumirá el cargo, ¿Quién me robara mi puesto?-  el silencio se hizo presente en la habitación y sus ojos me confirmaban mis sospechas, así que le dirigí una sonrisa irónica- Dime que no será el, te lo suplico.-

-En efecto Leah, tu hermano menor asumirá el trono el día de la coronación.-

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Espero que les haya gustado el capitulo de hoy, sinceramente disfrute mucho el leerlo







Entre la espada y la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora