Capítulo 3

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Después de esa declaración sentí una gran desesperación, combinada con ardor en los ojos a causa de las lagrimas que luchaba por mantener ocultas, no estaba muy segura de mi siguiente movimiento, estaba entre gritar, huir o aceptar la decisión que los idiotas del consejo crearon.

JAJAJAJAJA, excelente broma.

A consecuencia de que mi conciencia se burlara de mi ultima opción creo que elegiré mi segunda idea, pero de manera educada.

-Gracias por informarme tu estúpida noticia, pero creo que me iré a mi habitación.-

Me levanté de la mesa, y camine sin mirar hacia otro lado mas que a la puerta.

Mi padre intentó corregir mi vocabulario pero posterior a su nueva información no me moleste  en  detenerme a escuchar mas sermones, Sabine estaba esperándome fuera del comedor, junto a la puerta.

-¿Se encuentra bien princesa?.- 

-No, por favor cancela todas mis obligaciones de hoy.-

-Pero usted nunca ha cancelado su itinerario, ¿desea que la acompañe a ver al doctor?.- Sabine se notaba bastante preocupada por mi comportamiento, y con bastante razón, el simple color rojo de mis ojos denotaba una alarma para cualquiera que me viera, al prestar mas atención noté que todos los sirvientes nos observaban, si me veían en este deplorable estado llamaría lo suficiente la atención como para no poder llevar a cabo mi plan de huida.

-Agradezco tu preocupación, pero soy tu princesa y no deseo ser cuestionada.-

-Entendido su majestad, no se repetirá.- asentí con la cabeza, no me gusta regañar a Sabine, pero necesito que el resto de trabajadores del castillo entienda que en este momento no deseo su preocupación.

-Subiré a mi alcoba, prepara mi vestido casual, no saldré el día de hoy.-

-Enseguida su majestad.-

-Para el resto, infórmenle a su Alteza que estoy en desacuerdo con su decisión y que deberá atenerse a las consecuencias, no necesitan mas información, el entenderá mis palabras.-

Sin más palabras subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, afortunadamente Sabine ya se encontraba ahí.

-Ya tengo listo su vestido su majestad.-

-Perfecto, empácalo en ese baúl de ahí.- apunte hacia un  baúl viejo guardado junto a mi armario.

-¿Con que razón empaca?, pensé que se quedaría en su habitación.-

-Huiremos.-

-¿Huiremos?, ¿A dónde?, ¿Es por lo que hablo con el Rey?.-

-Te explicare los detalles más tarde, por el momento empaca ligero unas botas y cinco vestidos casuales, yo buscare mis ahorros, hay unas cabañas que suelen estar en renta a un par de kilómetros de ahí, con mis ahorros nos alcanza para un mes de alojamiento y comida, te contaré el resto del plan en el camino.-

-Okey su majestad la apoyo.-

Mientras empacábamos lo necesario escuche la puerta abrirse y unos tacones entrando a toda prisa.

-Buenos días Reina Clarisse.- exclamó Sabine haciendo una reverencia.

-Buenos días.- respondió mi madre de manera amable.

-Hija, me acabo de enterar de la terrible noticia, ¿Como te sientes?.-

Al ver todo mi cuarto hecho un desastre junto con la ropa tirada por doquier hizo una cara confundida, pero antes de hablar o preguntar se acerco y me abrazo.

-Lo lamento mucho mi niña, hablare con tu padre para intentar solucionar esta injusticia, pero primero ocupo que me expliques, ¿Qué esta pasando aquí?.-

-Estaba intentando huir del castillo como huelga en contra de la machista decisión del parlamento y de papá.-

-No digo esto con afán de defender a tu papá pero el tampoco esta feliz con la elección del parlamento, ignorando eso me gusta tu idea de huir como huelga pero necesito saber que estarás segura en el lugar al que vayas.-

-Por supuesto, ya tengo todo planeado, me quedaré en unas cabañas en el centro del pueblo.-

-¿Y como piensas salir del castillo?.-

-Mmmm, no había pensado en eso, tal vez por la ventana.- escuché una pequeña risa de parte de mi mamá la cual me miraba como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo, pero al darse cuenta que no era una broma cambio su cara por una ,mas seria.

-Por la ventana no, será más fácil que se den cuenta, pediré un carruaje para visitar el pueblo con la excusa de comprar vestidos nuevos, tu iras oculta y Sabine ira como mi dama de compañía, no creo que sospechen de eso.-

-Mamá, eres una genio, pero ¿te puedo hacer una pregunta?.-

-Adelante.-

-¿Por qué me dejas huir tan fácil?.-

-Por que se que algún día serás la mejor Reina que este pueblo haya visto, has trabajado mucho por eso, te lo mereces mas que nadie.-

-Gracias mamá.- la abracé.

-De nada, mi niña, pero hay que apurarnos, pediré el carruaje.-

Al verla salir de la habitación noté que Sabine había terminado de empacar mientras mi madre y yo hablábamos.

-¿Lista para nuestra huelga?.- le extendí la mano.

-Siempre Leah.-contestó devolviéndome el gesto.


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Entre la espada y la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora