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ZAYN.

Creo que el día que empezó todo, es uno que jamás podré olvidar. No porque fuese uno de los más importantes o alguna mierda sentimental de esas, sino que fue el momento más extraño de toda mi vida. Estaba acostumbrado a los extraños sucesos que me sucedían pero ese fue algo demasiado hasta para una persona como yo.

Recuerdo haber estado acomodado en mi usual banco de trabajo en el salón de dibujo, intentando desenredar mis malditos auriculares para evitar así cualquier torpe conversación que algun alma caritativa pretendiera compartir conmigo. Nunca he entendido porque las personas siquiera lo intentaban. Lo único bueno que podian sacar de mi era un torpe tartamudeo que podia catalogarse como una nueva forma de comunicación que nadie más que yo mismo entendia. No era porque no quisiera hablar, sino que solo era demasiado torpe en el ambito social para poder mantener una conversación normal.

Dejando a un lado mi torpeza conforme a la socialización con los demas seres vivos que respiraban y se movian en dos pies, evitaba a las demás personas por una simple razón: yo no habia nacido para tener un centenar de amigos o uno, para ser honestos, ni tampoco para ser popular. No me malentiendan, no era el tipico nerd del que todos se burlaban y nadie queria cerca. Hubo un momento, cuando recien comenzaba en la secundaria, en la que tenia varios amigos pero como todo en la vida, las cosas cambian cuando menos te lo esperas. Era lo suficientemente inteligente para ser catalogado como un nerd de primera clase pero las personas no eran las que me evitaban, sino alrevés.

Ahora que esta clara mi adversion al contacto con el resto de la humanidad, podrian entender porque lo que sucedio me sorprendio tanto y me tomo desprevenido. Porqué seamos sinceros, cuando te pones chalecos de punto y zapatos de charol, estas intentando enviar un mensaje. A mi parecer era un claro "alejate", pero algunas personas tardan en comprender ciertas cosas. Esa es la explicación que me gusta utilizar.

Habia logrado quitar uno de los nudos más grandes del maldito cable cuando escuché el murmullo alto provenir del pasillo. Al principio no le preste atención ya que por lo general, los grupitos de feminas en proceso de convertirse en estereotipadas Barbies de bonita piel, solian hacer ese tipo de sonido irritante que siempre me habia hecho recordar a la risa de un grupo de hienas que habia visto en el canal de animales. Solo cuando el sonido se acercó más a donde me encontraba, me di cuenta de que no eran voces femeninas, al menos no las que se alzaban sobre las demas. Ese detalle me causo la suficiente curiosidad para elevar mi mirada y descubrir lo que pasaba.

Una figura alta entro caminando de espaldas al salón de clases, sus manos se agitaban con fervor a los lados mientras intentaba moverse más rapido hacia atrás, imitando un extraño cangrejo, ¿o ellos se movian hacia los lados? Daba igual. El chico se volteo un momento despues, una mueca de frustración en su rostro que parecia haber estado allí por mucho tiempo ya que lo usual sonrisa socarrona que solia extender sus finos labios habia desaparecido totalmente. Liam Payne era un dolor de cabeza a mi parecer pero los culebrones que lo rodeaban siempre habian sido un buen espectaculo para aquellos como yo, que gustaban de ver a las personas bonitas pasando dificultades. Si, tenia una vena un poco sadica, demandenme.

—No puedes simplemente decidir enojarte por algo así. Liam, por el amor de Dios, sé coherente, ¿quieres? —Louis Tomlinson, parte del infaltable sequito de Liam, entró al salón seguido por dos jovenes voluptuosas. Si, realmente pensé esa ultima palabra porque no habia otra forma de decir que sus... atributos, estaban intentando escapar sobre sus ajustadas camisetas a juego que parecian haber pertenecido a niñas de cinco años. El eslogan "soy gratis" iba implicito en el paquete al parecer.

Cediendo a mi parte morbosa que queria saber lo que sucedia, me voltee en mi silla y los observé. No me culpen, ellos ni siquiera me habian visto aun, no podian culparme cuando ellos mismos me confundian con el resto del mobiliario. Estaba siendo una buena persona en cierto punto ya que no estaba interrumpiendo su interesante charla con una salida rapida. ¿Se imaginan como llamaria la atención ver a una rata de biblioteca huir como animal asustado del salón de clases? Soy un buen samaritano.

Socialmente Torpe |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora