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Sonidos morbosos inundaban la habitación, siendo aquellos gemidos ahogados que los dos cuerpos yacientes en la cama creaban. Taehyung mantenía el equilibrio en el cuerpo del hombre al estar encima de éste, brincando lo más profundo que sus piernas le permitían al querer golpear a más no poder su próstata que comienza a palpitar en su interior, aquella que pronto fue palpada por la punta del pene del desconocido.

Taehyung ladeó la cabeza para un lado, queriéndose sujetar de la cabecera de la cama al estar cegado por la oscuridad que le impartía esa venda en sus ojos; aquella empapada en sudor por las gotas brotando de su frente. Su labio fue mordido por sus dientes al sentir cómo el hombre se encargó de prestar atención al miembro de Taehyung, pues notó que su glande estaba de un tono rojizo cereza y, de éste, una gota trasparente se podía dilucidar.

Aquellos chasquidos provenientes de sus zonas bajas, fueron tan audibles que los tímpanos de Taehyung comenzaron a zumbar y a doler, queriéndose centrar más en el calambre que está a nada de hacer efecto en su pierna derecha. Pero no quería parar, para nada, pues estaba a nada de correrse por aquel hombre desconocido que le brinda una buena follada.

Taehyung mantenía el ritmo de sus saltos sobre ese miembro, haciendo que sus nalgas choquen con ímpetu contra la pelvis del contrario, sintiendo esas cosquillas en su ingle al sentir el tacto del vello púbico del hombre acariciar su piel. Una sensación lo bastante buena cómo para alcanzar la cúspide de su orgasmo, hasta que sus sentidos fueron más allá de su concentración que, una sensación en sus labios, se hizo presente; el tacto de los labios contrarios contra los suyos, éstos estando húmedos y moviéndose con tal lentitud sobre los de Taehyung.

—No —Taehyung se separó inmediatamente de los del hombre, cesando sus saltos al grado de crear una mueca en sus labios al quedar esa sensación empalagosa en éstos—. No vuelvas a besarme. —terminó por decir, estando casi seguro del semblante del desconocido a través de esa venda en sus ojos, pues Taehyung podía sentir esa mirada sobre él que le hizo sentir de alguna manera algo –muy– incómodo.

Y sí, tal cual; el hombre miraba a Taehyung con ese ceño fruncido que pronto se convirtió en un duro semblante al tener al castaño saltando nuevamente sobre él. Sin embargo, no le dio tantas vueltas al asunto al recordar el porqué se encontraba en esa habitación, follándose a Kim Taehyung. Pues el hombre únicamente se encargaba solamente de ello, solamente era un empleado más.

Y Taehyung era un cliente más.

...

Una vez en casa, Taehyung se recargó en el umbral de la puerta de su habitación, mirando su cama con deseo de postrarse en ella con el objetivo de que su retaguardia no sufriera de tanto dolor al sentarse o al crear el más mínimo esfuerzo, importándole poco que su cabello aun siga húmedo al haber tomado una ducha después de terminar de follar.
Taehyung sobó con lentitud su espalda baja, suspirando al dar los primeros pasos hacia su cómoda cama, deteniéndose enfrente de su mesita de noche.

Una mueca de dolor se hizo en sus labios al quitarse a regañadientes el bolso que portaba alrededor de su torso, estampando éste sobre la mesa, pronto sus movimientos cesando en seco al percatarse de aquel sonido proveniente del interior de su bolso; ese sonido cómo si de una sonaja se tratase. Cerró los ojos al recordar aquello, y entonces su mirada se centró en el reloj de la pared sobre su cama: 11:31PM
Era hora de tomar su antidepresivo.

Le era monótono ello, Taehyung siempre ha considerado monótona su vida desde siempre. Porque sí, el miedo irracional al amor es tan torturante para él que, a simple vista, puede mostrarse cómo algo... triste. ¿Quién lo diría? Vivir sin amor. Vivir sin amar. Vivir sin ser amado. ¿Dónde estaba su miedo en ello? No lo sabe, Taehyung simplemente se ha limitado a sus 24 años de edad que, sin importarle qué, el amor nunca estará a sus pies, por lo menos para él.

Filofobia | KookV ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora