Filofobia | KookV ©

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Namjoon consideró buena idea que Jungkook, después de una semana, se haya dispuesto a conseguir un pequeño empleo. Sin embargo, el mayor no pudo evitar negarse a acompañarlo, pues, sobre todo, quería ver a su amigo sonreír más, animarlo más; porque últimamente ha estado tan decaído que ya no sabe cuáles son las verdaderas razones.
Jungkook le había contado tal situación en Eros, le había contado todo de manera que le trasmitió ese sentimiento de confusión y culpa a Namjoon.

También estaba el tema del dinero; todo se había ido a la mierda en un abrir y cerrar de ojos. Y dichas cosas eran las culpables del estado tan decaído del azabache. Necesitaba un trabajo sí o sí, y ahí estaba Namjoon, dándole ánimos y ofreciéndole un techo donde vivir, —sin mencionar que su cochera está repleta con cajas y cajas de un Jungkook sin hogar por ahora—.

Ambos caminaban apacibles por el centro comercial. Namjoon también consideró una muy buena oportunidad el hecho de que Jungkook saliera ya que, verlo desplomado en el sofá por horas de horas, sabía perfectamente que su amigo no estaba bien, pues Jungkook siempre ha sido considerado alguien... fitness, por así decirlo, alguien con un día movible, manteniéndose en forma, yendo a trotar, comer saludable, etc.; hasta ese día.

—Puedes preguntar en el KFC —ofreció Namjoon, rompiendo el hielo al ver que Jungkook ni se inmutaba por ver los locales en su entorno—. Y de paso comprar unas piezas de pollo. —codeó en broma, queriendo en verdad verlo sonreír.

—El olor a pollo frito me abruma —contestó el azabache, mirando de reojo el local para arrugar su nariz. Definitivamente no trabajaría en un lugar así, además de tener una mala experiencia con lo que involucra a una señora y una pieza de pollo el cual contenía un cabello que, para colmo, era del color del de Jungkook—. Pero ve si quieres. Aquí te espero.

—Deja de ser tan quisquilloso con los olores —canturreó el mayor, estando algo cansado del estado pesimista de su amigo—. Conseguir trabajo con urgencia no se trata de elegir el que más te gusta, si no el que puedas obtenerlo rápido y sin protestas. —un pequeño regaño con simples palabras taladró en la mente de Jungkook, pues no podía negarse a ellas, siendo totalmente ciertas.

Se está cerrando a opciones, y es que su ánimo no ha sido el mismo desde ese día. Jungkook siempre se ha considerado alguien sensible, alguien rencoroso y bondadoso en todas sus letras. Por más que no quiera ser así, Jungkook es así y punto. El martirio de la culpa acerca de lo que le ocurrió a Taehyung ahora siempre le acompañará y no obtendrá ninguna enmendada acción.

Desde ese día en el que puso un pie fuera de Eros para después apresurarse a buscar el número de Taemin el cual Namjoon se lo había pasado, escribiendo así un mensaje de renuncia. Sin embargo, pasadas las horas, Jungkook optó por mandar otro mensaje a susodicha persona, en un mero impulso de preguntar qué es lo que tenía Taehyung... y bien, de paso, pedir su número.

"Fue un error, lo siento. Mi amigo Yoongi comenzó a trabajar hace pocos días y me olvidé completamente de platicarle acerca de Taehyung." decía el mensaje.
"Claro está que mereces una explicación. ¿Conoces la filofobia? Es miedo irracional al amor o a la más mínima pizca de afecto. Taehyung padece de esto y bien... Siéndote sincero, no soy alguien para hacerte saber toda la historia, lo siento." otro mensaje.
"Tenemos almacenado en un sobre toda la información que nos entregaste, además de las fotografías. Puedes venir o Jimin se las puede dar a Namjoon para así lleguen a ti, como prefieras. ¿De acuerdo?" y otro mensaje; sin embargo, Jungkook ya no contestó.

De saberlo, hubiera sido lo más cuidadoso y comprensible posible. No le hubiera quitado la jodida venda. Hubiera usado el bendito diálogo para ello y así ir avanzando de una forma lenta... o quién sabe, ya no sabe nada. El hubiera no existe, todos los errores cometidos quedaron en el pasado con el deseo de haber sido modificados para bien, y no recordarlos amargamente. Todo se había ido a la mierda.