14. Afortunado

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Estaba sentada en la mesa de Spencer, con él en la silla y Rossi a nuestro lado, hablábamos de cosas que realmente no tenían mucha importancia, pero era entretenido. Ahora Rossi estaba tratando de adivinar quién de los dos bebía más café, si Spencer o yo
— Vamos, tenemos un caso de los malos— Dijo JJ entrando en la zona de escritorios.
—¿Cómo de malo? — preguntó Morgan interrumpiendo su conversación con García.
— En Florida.
Todos nós levantamos y fuimos a la sala de juntas, donde JJ empezó a hablar en
— Bridgeater, Florida. Una chica de allí Abby Geilton, 19 años salió de la casa de sus padres para ir a la universidad, no regresó. Tres días después unas personas que hacían footing encontraron parte de ella en un parque cercano
— ¿Quién le ha hecho esto? — preguntó Emily.
— Bridgewater está en la I 75. Suelen llamarla la carretera de los caimanes, suena evidente. La parte inferior del torso está devorada.— Siguió JJ
— La cadena alimenticia — Habló Rossi
— Ahora ya no me siento culpable por mi cartera de cocodrilo — Mencionó de nuevo Emily
— Los caimanes no le cortaron los dedos, ni la garganta, ni le grabaron esto en el pecho — Entró Hotch a la conversación, pasando una foto.
— ¿Un pentagrama invertido?— pregunto Derek
— Creen que el asesinato fue cometido en un culto satánico. — le aseguró JJ
— Hay cosas que no cambian — murmuró Rossi
— En los cultos satánicos no hay asesinatos, es una teoría que ya ha sido refutada. — habló Emily, y ante el silencio y la cara de Rossi añadió — ¿Qué?
— Rossi fue quien la refutó — mencionó Reid a mi lado.
— Oh, claro. Gracias.
— Con culto o sin él la maratón de forma ritual. Es parte de una serie si no es una continuación — volvió a mencionar Rossi.
— ¿No hay cultos satánicos asesinos pero si asesinos satánicos en serie? — Pregunto JJ. — Gracias por aclararlo — añadió al ver que respondía en otro idioma.
—Es una cita del infierno de Dante — Le aclaré —"Abandonad la esperanza aquellos que entréis aquí "
—¿Entonces es que sí?
— Si, por supuesto — afirmó Hotch.
(...)
Spencer, Hotch y Emily habían ido al forense, mientras que Rossi, Derek, JJ y yo fuimos a la capilla.
Me sorprendió el hecho de que Derek no quisiera hablar con el cura, interroga a cualquiera, menos a un cura.
— Hola padre Marx, agente Jareau, los agentes Rossi y Morgan y la doctora Roth.
— Me alegra que hayan venido. — respondió él dándonos la mano.
—Sentimos que sea en estas circunstancias, padre — Le dijo Rossi
— Los padres de Abby, Bob y Liliane están en mi despacho — nos indicó — Estábamos hablando de la misa.
— El agente Morgan quiere hacerle a usted unas preguntas — mencionó Rossi, completamente ajeno a lo que le había pedido con anterioridad.
— Bien, ellos están arriba, la primera puerta a la derecha. Los están esperando.
Morgan me miraba con cara de querer querer matar a Rossi y de a la vez suplicarme que me quedara con él. Pero una mano en mi hombro para guiarme hacia arriba me detuvo. Fui salvada por la campana cuando el móvil empezó a sonar.
— Roth— contesté al teléfono.
— Creemos que les da de comer sus propios dedos a las víctimas — Me contestó la voz de Emily.
— ¿A qué te refieres Em?
— La forense ha encontrado restos de los dedos en los intestinos de la mujer. Se los tuvo que cortar antemortem.
— De acuerdo, gracias Em.
Colgué el teléfono y fui a avisar a JJ y a Rossi, después bajé a junta de Morgan y le indiqué que saliera un momento.
— ¿Qué pasa?
— Acabo de hablar con Emily, la forense encontró restos de los dedos en los intestinos de la víctima, les hacía comerse sus propios dedos.
Derek y yo salimos después de eso.
— ¿Para que les obliga a comerse los dedos? — pregunté
— Podría ser sadismo o canibalismo.
— ¿Es raro no? Si fuera sádico tendría más señales de tortura.
— En este trabajo todo es posible.
— Ya veo, ya.
— ¿Aún no te adaptas genia?
— Me gusta este trabajo más de lo que está pensando Derek Morgan.
Poco después salieron ambos a despedirse del padre y nos fuimos.
(...)
— Hola— dije mientras entraba a la sala donde estaba Derek.
— Hola— contestó — García ha identificado a diez víctimas.
— Si, envío los archivos. Mira esto —dije señalando a los papeles — Las últimas direcciones de las víctimas
— ¿Lo ha visto Hotch?
— Si, ya lo creo ha preparado un perfil — le contesté — Emily va a hablar con las víctimas, tu informa a los vecinos.
— Vale.
— Derek una última cosa.
— Dime pequeña.
— ¿Está todo bien?
— Si, si todo bien.
(...)
— Un asesino en serie ha matado a Abby y a otras diez mujeres en el pueblo — empezó Hotch con el perfil
— ¿10? ¿Y cómo lo sabes? — preguntó uno de los que estaban allí
— En el mapa vemos su zona de acción,...
Me distraje mirando a Morgan, tenía un semblante serio y una pequeña mueca de tristeza y preocupación. Podía decir lo que quisiera, pero no le creía. Pasaba algo.
Volví a la tierra con el sonido del móvil del comisario, habían encontrado a otra víctima.
Rossi y Emily fueron a la escena del crimen, mientras que los demás fuimos a la búsqueda de Tracy.
Al llegar tuvimos una pequeña discusión con el padre, puesto que Morgan no se sentía muy seguro con él.
— Señor, déjenos que ayudemos. Si hay que hacer una patrulla de búsqueda es posible que el sospechoso se descubra el solo — Dijo JJ
— Lo más probable es que se introduzca como voluntario. — la apoye.
— De acuerdo, lo hacemos así— Afirmó al final el comisario.
Lo que no me gustó nada fue la cara que le puso el padre a Derek.
Estábamos Emily, JJ, Spencer y yo organizando la partida de búsqueda. El genio estaba a mi lado y se le veía nervioso.
— ¿Estás bien?— le susurré
— Tengo un mal presentimiento, llevo todo el día con él encima pero no descifro sobre qué es. Solo se que no tiene que ver con el caso
— ¿Con qué lo relacionas?
— Me da miedo que sea con madre Taylor.
— Esperemos que no sea así — Dije mientras con cuidado le apretaba la mano, que estaba a mi lado.
La búsqueda iba bien, hasta que nos encontramos con otra desaparición.
(...)
— ¿Cómo va el padre, algún voluntario ha llamado su atención? —  Le pregunté a Morgan.
— Todavía no.
Entonces empezó a sonar el teléfono, era García.
— Penélope
— Sigo procesando los detalles de los homicidios en el sistema, pero aún no hay nada.
— Si no me equivoco Emily acaba de enviarte la lista de voluntarios.
—Vale, también estoy buscando en los psiquiátricos.
— Dile que busque entre los que llevaron a Florida de forma involuntaria, Rossi cree que no le gusta alejarse de casa. — dijo Emily por detrás.
— Vale, hasta luego.
— ¿García?— dije alejándome de Morgan
— ¿Si?
— ¿Te encuentras bien?
— Si geniecilla.
— Creo que no, siempre llamas a Morgan para esto ¿Qué ha pasado?
— Conocí a un chico en la cafetería.
— Entiendo.
Dije y colgó.
—No tenías que intentar solucionar nada, solo escucharla — Le dije a Morgan acercándome, para después irme.
(...)
Ya era bien entrada la noche y estábamos instalados en nuestras habitaciones, yo con Spencer cuando mi teléfono empezó a sonar.
— ¿Taylor? — Escuché a Morgan por el otro lado.
— Dime Morgan
— He encontrado otro cadáver, en la capilla.
— Voy a avisar al resto.
Mientras que Hotch y Emily se  fueron al forense Spencer y yo nos quedamos esperando a Garcia, que nos dio la información de que llevaba nueve meses desaparecida.
— ¿Por qué la iba a tener 9 meses para matarla hace 72h? — me preguntó Spencer.
— Dios mío Spencer
— ¿Qué?
— Se las puede estar comiendo.
— Voy a llamar a Hotch. — se apartó unos minutos y luego volvió. — Emily y él llegaron a la misma conclusión.
Por la mañana la forense confirmó nuestras sospechas, la habían congelado antes de morir.
— Por eso no podemos encontrar a las demás víctimas, se las queda. — aportó Morgan.
— ¿Cómo se llega al canibalismo?— preguntó JJ.
— No las rapta por sexo, sino por las piernas. — intervino Hotch —Trató de decirlo cuando le hizo tragar los dedos a Abby.
—Era un mensaje, que había matado a más era una parte — hablé — La otra es que se las come.
— Canibalismo, el peor tabú — se introdujo Rossi — Esto explica que pretenda culpar a una fuerza externa.
— ¿A quién le puede gustar comer carne humana?— volvió a preguntar JJ.
—Es como un deseo sexual, el cruce entre las dos necesidades más básicas; el alimento y el sexo — Le contestó Reid.
— Todo encaja — sentenció Morgan
Entonces el móvil de Emily empezó a sonar.
Era García en el altavoz. No había encontrado ningún posible sudes entre los psiquiátricos de Florida, por el contrario se había dado cuenta de que los más peligrosos del estado iban al Hazelwood y que en 1998 un incendio destrozó todos los archivos.
— ¿A cuánto está?— preguntó Hotch.
— 100 km — Respondimos Reid y yo al unísono.
— JJ diles que vamos — le pidió nuestro jefe. — Reid, Roth.
— Vamos — dijo Spencer mientras que yo asentía con la cabeza.
(...)
— Como le dije a la agente Jareau por teléfono no tenemos en nuestros archivos a ningún paciente como el que describen.
— Pero sus archivos sólo se remontan hasta el 98. Esperábamos que usted se acordara de él. — mencionó Hotch
— Pues lo siento pero no, Jim Laurence era el que se encargaba de los adolescentes. — nos contestó el psiquiatra.
—¿Adolescentes? — Preguntó Reid
— El único motivo por el que dejábamos salir a pacientes tan perturbados era porque habían entrado siendo menores y cumplieran aquí los dieciocho — explicó
— ¿Podríamos hablar con el doctor Laurence? — pregunté.
— Murió en el incendio. Se marchaba cuando oyó la alarma, volvió a dentro y ya no pudo salir, se quedó atrapado.
— ¿Por qué volvió? — Preguntó Hotch
— Era un hombre muy responsable.
'— ¿Puede ser que tuviera algo en el despacho por lo que mereciera la pena arriesgar la vida? — Le pregunté.
El doctor suspiró.
—¿Doctor? — Preguntó Hotch de nuevo
— Puede ser que hubiera algo en su despacho — Hizo una pausa — Los jardineros lo encontraron en un árbol bajo su despacho. Jim debió tirarlo por la ventana antes de... Empecé a leerlo, pero tuve que dejarlo.
Nos tendió una carpeta y Spencer empezó a leer.
— Los síntomas del paciente van más allá de la típica fijación psicosexual oral sádica normal en un niño de siete años. — Leyó Reid mientras Hotch llamó por teléfono.
— Ingresado por arrancarle de un mordisco un trozo de carne a su hermana de nueve meses — Seguí yo
— El nombre — Pidió Hotch.
— Cree estar poseído por un demonio caníbal. — Completó Reid
— Reid
— Floyd Feylinn Ferell
El grupo que se había quedado en comisaría fueron hasta su casa, donde se encontraron con un congelador donde yacían los cuerpos congelados, una jaula donde estaban las desaparecidas y por último al sudes delante de un altar. Pero ni rastro de Tracy Lamber.
Cuando estuvimos ya todos en comisaría Morgan le interrogó. Descubrimos que había estado creando y probando recetas hechas de la propia carne de sus víctimas y que el método de selección iba conforme al sabor de su carne. Al final, cuando volvió a entrar el padre y descubrimos que el cuerpo de Tracy se encontraba entre la comida cedida a los voluntarios.
Les había dado una de las recetas para comer. Hecha con su carne.
— Bien chicos, se ha terminado el caso, pero es tarde así que vais a subir a vuestras habitaciones, dormiremos aquí y mañana a las 8 despegamos. — Sentenció Hotch.
Y eso hicimos,  Spencer y yo fuimos a la nuestra donde lo primero que hice fue tumbarme.
— ¿Estás cansada? — Me preguntó.
— Siento que mi cabeza va demasiado rápido y eso me agota. Tengo el cuerpo cansado, pero la cabeza demasiado activa.
— Conozco esa sensación, algo te preocupa.
— Ahora mismo muchas cosas, además el caso fue — ni acabé la frase, sino que directamente salté a la siguiente — Menos mal que no comimos nada de la comida del voluntariado.
— Doy gracias a que llevábamos nuestra propia comida.
— Podré tener un CI altísimo, pero nunca entenderé el canibalismo.
— Hay muchos de los casos con los que trabajamos que no se entienden.
— Oye Spence, no quiero interrumpir pero estoy muy cansada.
— Claro, no te preocupes. — Dijo sonriendo.
Entonces entré en el baño y me di una ducha rápida, me puse el pijama y volví a la habitación, donde Spencer ya estaba en pijama también.
Me tumbé en una de las camas y Spence en la de al lado.
— Buenas noches doctora
— Buenas noches doctor. 

Virginia, la noche siguiente.

— Taylor, despierta — Sentí a Spencer moviéndome.

— ¿Qué pasa? — Miré su cara de angustia — ¿Qué pasa? Son las dos de la mañana.

— García, le han, le han. — Dijo atropellandose con las letras.
— Spence, ¿qué ha pasado con Penélope? — pregunté asustada.
— Le han disparado, está en el hospital. Es grave

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Hola, hola!

Os traigo el nuevo capítulo, he tardado mucho y pido disculpas por ello, pero a partir de ahora voy a intentar actualizar de forma más regular.

Otra alteración en la línea temporal que olvide mencionar es que Gideon se fue al mismo tiempo que Elle, es decir, estuvo en la serie pero mucho antes y Rossi entró al inicio de la temporada dos.

Bueno, espero que disfrutéis del capítulo de hoy y de los que quedan por delante. La historia de Taylor y Evelyn ( y Spencer) todavía tiene mucho que contar.

Hasta el próximo capítulo!
entreletras.

Química perfecta (Spencer Reid) - Química 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora