Capítulo 3

75 15 3
                                    

Al día siguiente de haber conocido a ese tal Hal Jordan, de quién Abin Sur lo había nombrado como su mejor amigo, Izuku se levantó temprano, al mismo horario de siempre. Se dirigió al baño para lavarse la cara, las manos y cepillarse los dientes. Luego de salir del baño, se dirigió a la cocina, tomando unos tostados que su madre le había dejado preparado, antes de irse a trabajar, junto a un vaso de jugo. No pudo evitar sonreír con melancolía, puede que su madre hiciera todos esos detalles con amor, para cuidarlo, pero también sentía que su madre estaba incluida entre las tantas personas conocidas por él que lo subestimaban en absolutamente todo.

El viaje a la preparatoria Orudera transcurrió con total normalidad para Izuku. Aunque él y Kacchan son vecinos desde que nacieron, cuando el rubio explosivo despertó su quirk, comenzó a ignorarlo, pasando a molestarlo cuando se hizo público que era un quirkless, rehusándose a viajar con el a la escuela, ya que lo consideraba inferior.

Al entrar a su salón, ignoró la presencia de todos sus compañeros, así ellos la de él, y se sentó en el pupitre más alejado del resto.

Sin embargo, hubo un grupo de sus compañeros que no ignoraron su presencia en el salón de clases.

— Oye, perdedor. Había maneras más sencillas de intentar suicidarse...— Se burló uno de sus compañeros.

Y para cuando se dio cuenta, ya estaba rodeado en círculo por algunos de sus compañeros.

Y eran los mismos compañeros que lo habían rodeado el día anterior cuando Kacchan quemó su cuaderno.

— ¿Acaso querías que tu suicidio sea transmitido en televisión?—

— ¿Y acaso tú no piensas cerrar tu puta boca?—

La mirada de todos los estudiantes fueron dirigidas hacia la esquina delantera del salón, donde se encontraba Katsuki Bakugo. Nadie daba crédito a lo que acababan de escuchar, ni siquiera el peliverde. Nadie, ni en un millón de años, habría creído que viviría lo suficiente como para escuchar a Katsuki Bakugo defender a Izuku Midoriya. El rostro del rubio explosivo se contrajo en una expresión incómoda y enfocó su vista en la ventana, como si fuera la cosa más interesante en el mundo.

Los chicos que estaban rodeando al peliverde se miraron entre sí, antes de alejarse y cada uno dirigirse hacia su pupitre. Tal vez Bakugo quería ser el único en hacerle la vida imposible al peliverde luego de hacer el ridículo al intentar salvarlo del villano de lodo, razonaron algunos, mientras que el resto se preguntaba qué acababa de pasar.

Izuku sólo se quedó sentado en su silla, con sus ojos muy abiertos y viendo fijamente a Bakugo. El rubio por otra parte, parecía haber tomado aún más determinación en enfocar su vista únicamente en la ventana de su salón, como si el resto de cosas a su alrededor no importaran.

Y así fue como Izuku lo sintió. Su gran modelo a seguir desde niño siempre lo miró desde arriba, como si no fuera nada, pero ahora, tal vez con la ayuda de All Might y Hal Jordan, podría empezar a ver a Katsuki Bakugo como un igual.

Lo que ninguno sabía, era lo que pasaba por la mente de Katsuki. Cada que veía a Izuku Midoriya, aunque sea de reojo, su mente no podía evitar transportarse a aquel agonizante recuerdo donde sentía que el aire le faltaba y esa inexplicable luz verde desmoronó el control que tenía el villano de lodo sobre su cuerpo.

Estaba en la completa ignorancia, y eso le generaba una gran presión en su pecho.

No sabía lo que era, pero era una sensación similar a la que sintió ayer cuando fue atrapado por el villano de lodo y eso no le gustaba.

El resto del día en la preparatoria transcurrió con inusual tranquilidad para Izuku. No era normal que sus compañeros no se estuvieran burlando constantemente de él con Bakugo a la cabeza, pero hoy fue raramente diferente. No sólo sus compañeros lo ignoraron olímpicamente, como si no existiera, sino que Bakugo estuvo callado durante casi todo el día, lo que llamó la atención de tanto alumnos como profesores.

El Poder De La Voluntad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora