𝐊𝐈𝐋𝐋𝐒𝐇𝐎𝐓-𝐀𝐫𝐭𝐡𝐮𝐫 𝐏𝐞𝐧𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐲 𝐓𝐮.

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐: 𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨

Pasaron meses después de aquel reencuentro entre estos dos, entre estos dos enemigos.

–¡Hermana, cálmate porfavor!– imploraba aquella peliblanca celestial.

–¡No! ¿Cómo se atrevieron a engañarme A mi? ¡Soy tu maldita hermana! ¡Me dijiste que el estaba muerto, que el había Sido derrotado! ¿Y ahora resulta que es el estupido rey del Caos y enemigo de tu estúpido niño?!– gritaba, mientras soltaba algunas lágrimas, demostrando desaprobación.

–No te permito que hables así de mi hijo, ¿Porque simplemente no puedes entender?– grito.

–¡Porque si se hubiera tratado de Meliodas, bien que hubieras vuelto a el!– dije, mirándola con algo de frustración.

Si, ella tenía razón.

–Deberias dejar de meterte en este asunto, sigue tu estúpido rol de esposa regalada! Lo único que haces es dejar que te toquen! No te metas, ni siquiera se porque acepte estar en este reino, ni siquiera soy feliz aquí! ¡Tengo que ser tu estúpida niñera porque no tienes tiempo de cuidar a tu propio niño, ocupada más en Meliodas que en otra cosa!– dijo, largandose a pasos rápidos.

Se quedó boquiabierta, pensando; "¿En qué momento se convirtió en esto?" Mientras pequeñas lágrimas caían de su suave y pálido rostro.
Se sentó en el suelo, sobre la alfombra, rodeando sus piernas para cubrir su vergüenza.

[..............]

–Ni un carajo, no seguiré estando en este reino.
-dijo, mirando al piso mientras caminaba, a la vez pensando de manera molesta.

–¿A dónde piensas que vas, Koi?
-Pregunto Meliodas, junto a Tristán en manos, parecía haber estado hablando con el, pero no le importaba.

–Tu y tu niño, cállense, me largo.
-murmullo, volteando a verlo con una mirada resentida.

–¿Y a dónde irás? Es más, ¿Porque te irás?
-pregunto con firmeza y normalidad en su tono. Tristán te veía algo serio y triste, mirando la conversación que ahora tenías con su patético padre.

–Eso no te importa, Meliodas.
-empezaba a caminar a paso rápido, tornándose una aura de deterioro a su al rededor, con un semblante negro, probablemente del rencor.

–¡Tia!
-grito el niño, Meliodas sostuvo su brazo.

–No, Tristán, no vale la pena, ya veras que volverá.
-dice, cerrando los ojos y cruzando sus brazos, dando un leve suspiro.

–¡Que dices! Le diré a mamá entonces, eres injusto.
-dice, con una vena sobresaliente.

–(Carajo) Vale, vale...iré a por ella.–
-Dice Meliodas suspirando derrotado.
–Y no pienses que vendrás, desde yá te estoy avisando!
-dice con una sonrisa malévola.

–¡Pero, Papá! No es justo, tengo que salvarla también!– dice, pucheando.

–No, ¿Que paso la otra vez? Te dejaste llevar por tu ira, y te limitaste a arriesgar tu vida, sabiendo que entre tu y "aquel" no hay punto de comparación, te conozco, Tristán, no dejaré que tu madre siga deprimida por más perdidas, es mi última palabra.
-Sono serio, mirando a su viva imagen con algo de superioridad, cruzando nuevamente los brazos, negando seguír a su lado.

Tristán guardo silencio con algo de respeto y remordimiento, amaba a su tía más de lo que podía imaginar Meliodas, por más que Koi fuera dura con su primogénito, sabía perfectamente que sentía algo de cariño por el, pues era su sobrino.