Prohibido Deseo. [Takeemma]

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EMMA:

Mi corazón latía aceleradamente y mis manos sudaban, acomodando mi falda por la que debía ser la enésima vez en la última media hora me decidí a salir finalmente de mi habitación, no sin antes darme un último repaso delante del espejo.

Mikey, igual que cada año había echo una fiesta para recibir el año nuevo y todos los miembros de la ToMan y Black Dragones se encontraban en el patio trasero de nuestra casa bebiendo y riendo.

Salí de la casa y me quedé parada en el porche, dando un repaso rápido a todos los presentes suspiré con pesar al no ver su hermoso cabello azabache y sus hermosos ojos azules… mi corazón volvió a acelerarse al peentar n él y tuve que contar hasta diez para intentar controlar la presión que crecía en mi vientre bajo.

— ¡Emma-chan!

Salte en mi lugar ante ese chillido aniñado y luego sentí coeemo me tomaban del brazo.

Girando un poco la mirada reconocí a la perfección a la dueña de mi dolor de hombro.

Senju Akashi, la hermana menor de Takeomi y Haruchiyo y una de mis mejores amigas.

— ¡Estás preciosa! – me algo con emoción soltando mi brazo.

— Tu también te vez magnífica. – alage sonriendo. Llevaba su corto cabello rosa claro suelto, un vestido gris cortísimo que apenas le cubría el trasero y unas converse de plataforma negras que le quitaban formalidad a su atuendo.

Ambas nos sentamos a charlar en una banca algo alejada de la gente junto a un pequeño estanque en el que recuerdo que jugaba de pequeña.

— ¿Aún no ah llegado tu enamorado? – pregunto riéndose de como miraba constantemente hacía la puerta que daba al porche.

— Senju… – sentencie frunciendo el seño… no admitiría en vos alta que me moría por el, eso estaba prohibido, era una simple fantasía, además, el era más mayor que yo.

— Vale, ya lo pille.– alzó sus brazos como si se rindiera pero aún podía ver la sonrisa divertida bailando en su rostro.

Negué con la cabeza y solté una pequeña risilla, si que adoraba a esa loca de ojos verdes como esmeraldas y cuerpo de modelo de Play Boy.

— Oh mira, me parece que ya llegó. – Dijo señalando por sobre mi cabeza a la puerta trasera de la casa.

Voltee mi mirada curiosa y expectante, era el, lo supe antes de verle, solo me vasto con ver cómo Izana Y Shinichiro se acercaban a una masa de gente para luego salir con el riendo a carcajada.

Nuestras miradas chocaron por un instante y me sonrió de lado alzando su mano a modo de saludo, yo lo imite anonadada.

Si el de por si estaba bueno, ahora con esa camisa negra arremangada hasta los codos y con los tres primero botones abiertos, pantalones vaqueros ajustados de color negro y sus Jordan rojas, estaba para comérselo entre dos panes.

Sabía que no era la única que pensaba así, varias chicas lo veían con claro deseo y se mordían el labio mientras cuchicheaban entre ellas.

Quitense, ese hombresote es mío y no comparto.

— Emma… Emma… ¡Emma! – el gritó en mi oído me hizo soltar un gritó ahogado.