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La tarea

Aquí estoy yo en la biblioteca esperando a que mi compañero llegue para poder continuar con el trabajo que nos encargó la profesora.

Leo algo acerca del tema que tenemos que investigar, se escucha la puerta y volteó esperanzada a que sea el.

Suspiro y veo que entra, el mira a todas partes y le hago una señal para que se acerque.

— Mierda Yael, llegas 20 minutos tarde. —digo viendo el reloj del celular y el deja su mochila en la mesa.

— Lo sé, se me hizo tarde me ocupé de unas cosas. — No le di importancia y le lancé un libro para que empezara a leer. — Empieza a leer —suspiro y bajo la mirada para seguir leyendo la información.

Me relaja estar en la biblioteca ya que es un lugar no muy concurrido por los estudiantes y el silencio era lo mejor de todo.

Cierro el libro y hecho mi cabeza hacia atrás, giro mi cabeza hacia el chico que estaba sentado lejos de nosotros, escribe en una laptop y se le nota estresado. Somos los únicos que ocupan la biblioteca.

Me acomodo en mi silla. A Yael se le nota muy concentrado tomando notas de lo que leía. Ya me había aburrido de leer así que no sabía que hacer.

Lo miro detenidamente, es un año mayor que yo, me intriga mucho saber de él ya que es estudiante de intercambio, es colombiano tiene piel color chocolate unos lindos ojos café con una sonrisa blanca, su cuerpo era delgado y era unos centímetros más alto que yo. Definitivamente es muy guapo.

Acomodo mi brazo en la mesa y mi lápiz cae abajo de la mesa, me levanto y gateo para recogerlo, golpeo mi cabeza contra la mesa al tratar levantarme del piso.

Suelto una maldición y me levanto alisando mi falta, el chico que se encantaba en la otra mesa, solo negó y se levanta de su silla, camina hacia nosotros y lo miro intrigada.

— No pueden estar haciendo eso aquí, es una biblioteca — frunco el ceño y suelto una risa al saber que tenía una mente muy sucia.

— Chico no estaba haciendo nada, recogí mi lápiz. — levanto el lápiz mostrándolo y ruedo mis ojos— Pero al parecer tú si necesitas una buena mamada. — digo burlona y me vuelvo a sentar.

Ya me acordaba de él. Es un estudiante que se pasa insultando a las chicas cada que pasan por los pasillos. Un completo idiota.

Es de piel blanca y pelirrojo, unas pecas adornan su nariz y mejillas tiene unos fuertes brazos así que hacía ejercicio.

— Si me la haces tú si. — parece más relajado que antes, yo solo niego y volteó a su mesa.

— Deberías de seguir con lo que hacías. — digo sin importancia y volteó a ver el libro de nuevo.

El se fue a los segundos y mire a Yael, tiene una cara de confusión en el rostro. — ¿Que? — pregunto y veo que cierra el libro. —

— Nada, no esperaba esa respuesta. — sonríe divertido, por lo cual, niego, ya que me encanta responderle así a los estupidos.

Me encojo de hombros y no respondo nada, parece que piensa algo, el de nuevo baja la mirada a su libro.

Sonrío y me quito el tenis, paso mi pie por su pierna deteniéndome en su muslo. La mesa esta muy pequeña así que podía alcanzarlo muy bien.

Empiezo a apretar un poco más mi pie en su entrepierna deteniéndome en su polla. Suspira y vuelve a la lectura

Mi celular vibra por un mensaje, lo agarro y abro el mensaje. Es un video de Eros masturbándose me sorprendo ya que no esperaba que fuera un video sexual y le baje el volumen para no tener accidentes.

Mis pensamientos oscuros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora