JUICIO || XXVIII
AITANA
Pasaron dos meses desde año nuevo y hoy por fin es él veredicto final del juicio de Emilia.
Han sido meses intensos, hemos declarado todos, incluida yo que ni siquiera conocí a Sofia.
El padre de Sebas se ha comportado muy extraño y eso le afecta a el. Durante todo el juicio ha estado mas de lado de Emilia que del lado de su propia hija.
Y para mas remate todo indica que cerraran el caso dejando a Emilia libre ya que las pruebas que hay son cosas que Alvaro vio y no hay pruebas fotográficas de ello.
Nos sentamos todos en el tribunal, Sebas a mi lado y los demás chicos detrás nuestro.
Entra el juez al lugar y se sienta en su silla dando a entender que esto comenzaría.
— Voy a dictaminar la sentencia final de este juicio. No permitiré que haya ningún tipo de intervención por parte de los presentes, de ser así se les sacará y se les multara con 100 euros. — dijo el juez y luego espero a ver si alguien lo contradecía.
Le tome la mano a Sebas porque se que lo que viene ahora será difícil para el, sea lo que sea que se dictamine.
— La señorita Emilia Mernes es declarada por el caso de Asesinato hacia la señorita Sofia Yatra el pasado año. Inocente. — dijo el juez y Emilia desde su lugar nos miro a todos con una sonrisa a la vez que su padre con el padre de Sebas se abrazaban.
Sebas por otro lado se dejo caer, me refiero, su mano que antes estaba aferrada a la mía, ahora parecía muerta.
El juez termino el juicio y salimos todos del lugar.
Una vez fuera Sebas salió mas rápido que nosotros pero le alcance.
— Ey amor. — dije tomando su rostro con ambas manos. — Que no estas solo...
— No es justo amor....
— Lo se.... ¿Quieres que te deje solo un momento o vamos juntos a caminar?
— Quiero estar solo un poco... ve a comer con ester y luego nos juntamos allí...
Le di un pequeño pico y luego me fui hacia donde Ester estaba.
Ambas nos dirigimos hacia algún restaurante que estuviese cerca ya que previamente habíamos quedado en ir a comer ella, Alejandro, Sebas y yo.
Pero tanto Sebas como Alejandro, quedaron afectados con el juicio y pidieron su tiempo. Por eso ambas nos fuimos solas.
Llegamos al restaurante y de solo llegar y sentir el olor a la comida a mi me vino un asco muy fuerte, tanto que tuve que taparme la nariz y boca.