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SEBASTIAN
Ibamos ambos en mi auto camino a la montaña cuando comenzó a sonar de fondo " jovenes eternamente" de pol 3.14 y no pude aguantar a dedicársela.
— A mi me gustaría que vivamos para siempre y que seamos, jovenes eternamente — dije contándole a la vez que le miraba a los ojos en un semáforo en rojo.
Seguía la canción y nosotros íbamos perdidos ambos en ella, en la canción.
Por mi parte esta seria nuestra canción, para mi ella es esta canción y lo será siempre porque me he enamorado tanto que no pienso perderle.
— Si tu quisieras vivir conmigo para siempre, entonces tu serias diferente del resto de la gente — canto ella a la vez que me miraba.
— Y YO, QUE NO PUEDO ESTAR SIN TI — chillamos ambos la parte de la letra que nos identificaba completamente.
Porque si, yo si que no podía vivir sin ella.
Pagaría lo que fuera por quedarnos así siempre, perdidos en nosotros cantando canciones que nos identifiquen.
Pero llegamos al lugar por lo que aparque y me le quede mirando.
— Te amo.... — me dijo ella perdida en mis ojos.
— Y yo te amo mas.... — le cogí los mofletes y la acerque a mi a darle un beso — Venga a bajo que nos queda la subida.
Ambos bajamos y comenzamos a subir el dichoso monte que le había dicho.
Tardamos al rededor de hora y media entre risas y paradas a besarnos pero llegamos.
Una vez arriba de mi mochila saque una frazada que había llevado con pequeños sándwich para ambos.
Estábamos los dos sentados, comiendo y fue ahí que decidí hacerle una pregunta que me venia rondando desde que me dijo algo en mi casa.
— Te puedo preguntar algo.... — dije dudoso.
— ¿El que? — dijo ella.
— Responde solo si te sientes segura vale... no quiero presionarte a nada.
— Vale.... — dijo confundida.
— Cuando estábamos en mi piscina luego de la fiesta de Alejandro, tu te me subiste encima. — note como se removió incomoda en su lugar — Y una vez ahí me dijiste que hace mucho no follabas por gusto... alguna vez...
Aitana escucho eso y fue instantáneo que unas lagrimas salieran de sus ojos.
