Capítulo Uno

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Historia omegaverse/ insinuaciones sexuales/ mención de embarazo/ Namjoon alfa/ Seokjin Omega













   –Tranquila, nena, no hay prisa. Tenemos todo el tiempo del mundo –Kim Namjoon reacomodó el peso sobre Gisele y la calmó con una caricia en el cuello además de con su voz.
Entre sus piernas, ella se estremeció con excitación contenida, pero el ritmo de su paso se volvió suave y pausado.

  –Buena chica –murmuró él. Otra leve caricia de cuello a hombro se hizo eco de su halago.

  Gisele era manipulable y siempre estaba dispuesta a complacerlo. Pensó, con cinismo, que era muy distinta al resto de las hembras de su vida, pero eso no apagó su sonrisa. Inspiró el aroma primaveral. Un sol glorioso calentaba su espalda y sus brazos por primera vez en semanas. Cuando balanceó el taco de polo y oyó el ruido del contacto con la bocha, la adrenalina surcó sus venas.

    No era mejor que el sexo para el alfa, pero estar en la cancha de polo, incluso practicando solo, ocupaba el segundo puesto en la escala de placeres personales de Namjoon.

   Últimamente habían escaseado las oportunidades de placer. No recordaba el último fin de semana que no había dedicado a negocios y obligaciones familiares, o el último domingo que había pasado en su finca en Hearfordshire. Echaba de menos sus establos, sus caballos y la pasión y agresión controlada de juego.

  Con una leve presión de los muslos, Namjoon guió a su yegua favorita para que realizara una serie de giros. Como siempre, respondía a cada orden sin resistirse. Si eso fuera así con...
Namjoon estrechó los ojos al ver a una figura solitaria en el centro de la cancha de práctica. No una de las omegas empeñadas en volverlo loco, sino un pariente cercano.

   Min Taehyung, el prometido de su hermano. Resignado a ser interrumpido, Namjoon maldijo por lo bajo, pero sin rabia. No era  que no le gustase su futuro cuñado. Taehyung había perseguido a Jimin con el mismo empeño que demostraba en la cancha de polo y esa actitud se había ganado la aprobación de Namjoon. Si Taehyung estuviera allí con ropa para jugar al polo, Namjoon habría recibido su compañía con entusiasmo. Pero el joven alfa llevaba traje y su agraciado rostro exhibía una expresión agria.

   Namjoon predijo que había surgido otro drama relacionado con la boda, que se había convertido en un circo de dimensiones monumentales.

  Como era él quien firmaba los cheques, también tenía que aguantar las crisis diarias que le llegaban por Jimin y su madre.
Se recordó que todo acabaría pronto. Jimin superaría la histeria prematrimonial. Vivi reemprendería su búsqueda de un quinto marido. La vida volvería a la normalidad.
   Sólo veintiocho días más.

   Detuvo a Gisele y alzó una ceja.
–Creía que estabas mirando una     propiedad en Ilsan.
  –Acabé la estimación, volé de vuelta antier – dijo Taehyung. Cuadró los hombros–. Siento interrumpir tu práctica, y más en domingo. No te entretendré mucho, pero tengo que hablar contigo.

  –Eso suena mal. ¿Qué es está vez? –preguntó Namjoon –. ¿Las rosas se niegan a florecer? ¿El encargado del catering ha dimitido? ¿Otra dama de honor se ha quedado embarazada?
–No una dama de honor –el rostro bronceado de Taehyung palideció.

–¿Jimin?
–No, otro omega. No sé quién es –dijo Taehyung –. Sólo que es coreano, que llamó cuando yo estaba fuera y que dejó un maldito mensaje en mi buzón. Dice que está embarazado.

A Su Servicio                                                Namjin (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora